El Gobierno aragonés se enfrenta a su primera convocatoria de huelga en un otoño que se avecina y se anuncia complicado. Dos de los puntales de la sanidad pública, médicos y enfermeros, han puesto fecha (24 de septiembre) a sus reivindicaciones. Si el consejero Ricardo Oliván no modifica la imposición de los recortes que los afectados califican de casi monográficos "contra el salario y los derechos", los paros se prevén para dos semanas, sin descartar que sean indefinidos. Un órdago muy grave que sale de unos sindicatos que tradicionalmente no se han enfrentado a gobiernos conservadores. Ante la convocatoria, el Salud se escuda en las exigencias de Madrid sobre las medidas que debe adoptar y, frente a la alarma social que susciten los paros, culpa a los sindicatos. Quedan días para la negociación. A ver que sale.