MINERÍA: Ánimo mineros

Julia Vicente Lapuente, Alcaldesa de Alcorisa (Teruel)

Ánimo para continuar en vuestra reivindicación por el mantenimiento de nuestras minas.

Ánimo y gracias por defender lo nuestro. Lo que por derecho nos pertenece. Por creer en nuestro futuro, por creer en el futuro de muchos pueblos de nuestra provincia, así como en la zona de Mequinenza.

Ánimo, en vuestra larga marcha hacia Madrid, con estas altísimas temperaturas que estáis soportando.

Habéis cruzado la provincia de Teruel desde Andorra a Alcorisa, a Gargallo, a Montalbán, a Cosa y a Monreal y hoy miércoles os adentrareis en la provincia de Guadalajara.

En todos sitios os animamos, en todos os lleváis nuestro corazón y nuestro empuje con vosotros, sois nuestra esperanza.

Vais a seguir contando con el apoyo de todos aquellos que encontréis en el camino, vais a ser el reflejo de una esperanza que no se acaba, de una llama que no quiere morir.

En nombre de los vecinos y vecinas de nuestro pueblo, Alcorisa, gracias. Por darnos la posibilidad, en vuestra breve estancia, de poderos manifestar nuestro apoyo, nuestro cariño y admiración por todos vuestros esfuerzos. Cuando lleváis mas de un mes en una huelga indefinida, cuando no solo habéis dejado familia y compañeros en vuestros pueblos, habiendo iniciado este largo camino con la pena de contar con seis compañeros encerrados en esa mina. Ahí es donde queremos veros, en vuestro lugar de trabajo, en la mina que los incumplimientos de un plan nos han hecho abandonar.

Ánimo y adelante, estáis ganando el futuro, el vuestro y el de toda una provincia.

SCOUTS: Tiempos y libertades

Jorge A. García González, Zaragoza

Cuando tenía cuatro años mi padre recibió una orden de destierro de Zaragoza firmada por el gobernador civil de Zaragoza, Santillana y auspiciada por el arzobispo de Zaragoza y consejero del Reino, Pedro Cantero Cuadrado; su delito, haber organizado el Movimiento Scout Católico en Zaragoza considerado como "subersivo" por las autoridades civiles y eclesiásticas al haberse negado mi padre a ir con los chicos de uniforme scout a la celebración de los caídos por España.

Mi padre, con dos criaturas pequeñas y abandonado por todos, incluidos los sacerdotes del movimiento scout, dimitió y así se salvó de la orden de destierro.

Han pasado ya más de cuarenta años de ese suceso pero hay cosas que no cambian. Soy miembro del Movimiento Hacia un Estado Laico (MHUEL) y el pasado día del Corpus el delegado del Gobierno nos prohibió una concentración silenciosa que llevábamos celebrando desde hace cuatro años, recurrimos la decisión ante el Tribunal Superior de Justicia de Aragón y la justicia nos ha dado la razón; la decisión del delegado es ilegal y contra derecho, vulnerando el derecho fundamental de reunión. Una cosa nos sigue uniendo a mi padre ya fallecido y a mí, que los dos fuimos scouts, que los dos luchamos por un mundo mejor y que los dos hemos tenido que enfrentarnos en diferentes tiempos a la falta de aconfesionalidad del Estado por culpa de los gobernadores civiles sin miras y los arzobispos trabucaires.