FAMILIA PUJOL

¿Honorabilidad?

Daniel Gallardo Marín

Zaragoza

Vaya con el honorable Jordi Pujol. Que en este estado salen ladrones debajo de las piedras, es un hecho que se repite día tras día. Al parecer su honorabilidad, adjetivo que califica de honor a la persona horada y merecedora del respeto y la estima de los demás, le ha venido el título grande al catalán. En su verborrea, con su clásico tono adormecedor, aludía frecuentemente que el estado español les robaba, causante en parte del desfase económico en su comunidad.

Recuerdo ese latiguillo que tantas veces repitió en su vida, con ese tono que adormecía, pero que se me quedó grabado cuando no hacía más que aludir a todo lo que el estado español robaba a Cataluña. Mira por dónde el ladrón era otro. Quien nos iba a decir que su honorable familia no eran precisamente la casa de amparo. Pero si al negar la evidencia cuando te han pillado no es de listos, mas ridículo y de poca hombría es justificarse mandando a los medios (como si de un misal se tratara) donde expone el expresident que no encontró el momento ni la hora adecuada para declarar en esos treinta y tantos años, una fortuna de decenas de millones de euros, depositada esta en paraísos fiscales, fruto según él de una herencia de su padre, al parecer fortuna lograda en su época de emigrante.

No termina su harta de mentiras impropias de un personaje público y dotado de una cierta inteligencia, aludiendo en su panfleto el ex honorable, que en el ochenta ese dinero negro fue gestionado por una persona de la máxima confianza, tanto de él como de su padre, que nunca quiso saber más de ese capital. Lógico, como le iba a importar tener un gran capital en esos paraísos, y menos mirar la cartilla haber si ya te han metido los intereses?