Monopolizado el poder político por unos profesionales de la casta, donde parecen sentirse muy cómodos algunos redentores de la nada que prometieron el asalto a los cielos, y perfectamente controlado el acceso al mismo por los dueños del dinero y de la información, el Sistema está siendo capaz de fagocitar cualquier intento, por muy tímido y blando que sea, de regeneración.

A falta de un nuevo discurso político, pues su programa es más viejo que las pirámides de Giza, el partido de Ciudadanos (C's) ha logrado 3 millones de votos gracias a sus contundentes proclamas contra la corrupción. Crecido a costa de los desencantados con el PP, C's se presentó como el azote de los corruptos, y defendía que los imputados, ahora investigados, no ocuparan cargos públicos. Eso decía, hasta que primero en Andalucía y luego en la Comunidad de Madrid sus escaños fueron decisivos para formar gobiernos. En Andalucía apoyó al PSOE, a pesar de que este partido está empapado de casos de corrupción hasta la médula. Eso sí, logró que dimitieran como senadores dos expresidentes de la Junta, un mero gesto para la galería de palmeros. En la Comunidad de Madrid, otro monumental foco de indecencia política, hizo presidenta a la candidata del PP, pero miró para otro lado en los asuntos verdaderamente importantes como el urbanismo, las grandes obras públicas o los privilegios fiscales.

Ahora, que no es decisivo pero sí importante para la formación del gobierno de España, C's ha mantenido su ya preocupante deriva, y ha establecido, pese a lo que diga el diccionario, una nueva acepción para la palabra corrupción. Porque corrupción es utilizar las instituciones públicas para provecho económico, "o de otra índole", de sus gestores. Pues bien, C's, que decía venir a regenerar la política y la democracia, acaba de autoproclamar a ese camaleón político que es Juan Carlos Girauta como el guardián de la semántica. A partir de ahora, las palabras significarán lo que diga la ejecutiva de C's, o lo que crea oportuno en cada momento el tal Girauta.

Así, si al final Mariano Rajoy logra la investidura como presidente del Gobierno con el apoyo de C's, la corrupción, que durante años ha propiciado y sostenido por acción u omisión el inane señor de Pontevedra, será una mera anécdota en la historia de España, y en los futuros diccionarios, el famoso y vergonzoso mensaje "Luis, sé fuerte", pasará a ser sinónimo de "Amigo, sigue practicando en el gimnasio". Si es que así lo ha definido el tal Girauta, claro.

Escritor e historiador