El conflicto de los trabajadores de la limpieza de los centros sanitarios de Aragón se está enquistando. Ni empresa ni trabajadores ceden y ante este pulso abierto el Gobierno de Aragón asiste impasible, tan solo molesto porque la suciedad afecte al trabajo diario y a los pacientes. No es eso. Las empresas que tienen la concesión del servicio están incumpliendo con la DGA, quien les contrató, por lo que la consejería de Sanidad, a cuyo frente está Ricardo Oliván --pero que no dirige--, no tendría que ser tan pusilánime. La petición de los trabajadores para que intervenga en el conflicto la presidenta Rudi denota la desconfianza de los huelguistas en el consejero. Ella debe ser quien enfoque el tema. Porque hace días que se tenían que haber juntado, como harán hoy, con el Salud de testigo. Es urgente para todos.