Hay que congratularse de que los usuarios de Renfe conozcan al fin el régimen de explotación de la línea AVE en Madrid, Zaragoza y Lérida: planificar un viaje a medio plazo era casi imposible. Ahora bien, los datos avanzados ayer por el ministro Francisco Alvarez Cascos y concretados después por la compañía resultan inquietantes. Que la línea comience a explotarse con un precio unitario de 43 euros en el trayecto Madrid-Zaragoza, en cualquiera de sus sentidos, supone multiplicar por dos el importe del billete más asequible de los trenes que operan actualmente. Y esto, sin saber lo que va a ocurrir con la explotación de la línea convencional, puede dejar fuera del mercado ferroviario a un buen número de ciudadanos que no podrán costear esta cantidad. Mejorar las frecuencias y el tiempo de viaje es positivo siempre que se mantengan otras alternativas asequibles, en competencia, por ejemplo, con la carretera.