En el pleno de las Cortes de ayer, el presidente aragonés, Javier Lambán, y el del PP regional, Luis María Beamonte, se ofrecieron el reto de «hablar, de acordar». Sin embargo, al desarrollar las dificultades para alcanzarlo entraron en una dinámica de recordatorios sobre las lindezas que unos y otros se lanzan en sede parlamentaria, que más parecía la muestra de una voluntad conjunta de buscar el enfrentamiento. No estaría de más bajar la tensión.