Que tengamos capacidad de imaginar otros mundos mejores y energía para luchar y conquistarlos. Que nos cuidemos. Que no nos toquen las narices. Que haya muchas croquetas. Que si pisamos una mierda, sea para dejar huella. Que incomodemos. Que no nos acomodemos. Que dudemos. Que aprendamos a dibujar la perspectiva. Que haya cosas que nos sorprendan. Y salud y trabajo. Que todas las bocas tengan algo que comer. Que los recuerdos nunca fallen. Que no se nos estropee ningún electrodoméstico. Que los abrazos nos sirvan de escafandra para poder seguir respirando en un mundo que se ahoga. Que todas las personas tengamos derechos sociales. Que la sanidad y la educación sean de todas y para todas las personas. Que no se nos trastoque la percepción de las cosas. Que el Cthulu de Lovecraft finalmente se coma a Paulo Coelho. Que podamos tener un hijo. Que podamos elegir no tenerlo. Que haya igualdad. Que haya mucho sexo. Que no haya sexo que no se desee. Que me llames. Que nos llamemos. Que nos se nos olviden nuestros nombres. Que hablemos. Que desaparezca lo feo. Escribir más. Escribir eso. Disfrutar de las cosas pequeñas. Trazar mapas (independientemente de la escala). Ir más en bicicleta. Que no estés triste. Que podamos leer más. Que seamos fuertes y peligrosas, que nos tengan miedo, que rompamos cosas y hagamos otras nuevas. Que no me tome demasiado en serio. Que la clase media tome conciencia de que solo fue proletariado que vendió su conciencia de clase por un plasma de cuarenta y dos pulgadas. Que no engordemos ni adelgacemos para no tener que cambiar de talla. Que no nos echen de casa. Que nos encontremos al genio de la lámpara y no necesitemos pedirle deseos. Que tengamos suficientes ideas como argamasa de lo que dibujamos juntas. Que en esos momentos en los que se nos cruza algo, aprovechemos la intersección para encontrarnos. Que nos muramos de risa. Que sepamos llevar los duelos. Que no tengamos miedo. Que no gastemos palabras por no usarlas. Que inventemos las que nos acojan. Que nos dejen tranquilas. Que seamos libres. Que el cinismo nos proteja pero que no nos haga costra para que nos siga calando lo sensible. Que no nos abandonemos. Que no se estrangule la democracia para meterla en una rendija de una urna. Que Rajoy dimita. Que dimita el sistema. Que haga crac. Que compartir sea algo más que un botón en una red social. Que no cierren las bibliotecas. Que tengamos buenos melocotones en Calanda. Que desobedezcamos. Que no nos resignemos. Que remendemos nuestros rotos a besos. Que no se agoten las canciones. Que los libros nos abriguen. Que no duelan los lugares. Que miremos. Que no nos ganen los dineros. Que tengamos muchas primeras veces. Que nos vistamos de caricias. Que las armas pierdan la erre. Que no nos canse la mortadela.

Nota: Todo este texto está formado por palabras que nos hemos dedicado estos días. Algunas son de gente que me las ha dirigido al pedir sus deseos para ponerlos aquí. Otras están cazadas al vuelo. Otras son mías. No importa quien desea qué, sino que todos son deseos nuestros.

Activista cultural