Empecemos por el principio: no creo que el concejal Cubero, de Zaragoza en Cómún (ZeC), sea la persona idónea para afrontar los desafíos propios de su cargo. Si perteneciese a un partido sistémico, sí. La capital de Aragón ha conocido munícipes mucho menos dotados que él (incluyendo maravillosos analfabetos funcionales). Pero cuando dices venir a cambiar las cosas, toda inteligencia es poca; todo conocimiento, insuficiente.

Tampoco este es el principio. Disculpen. Inicialmente la instalación de la carpa de la lamentable Oktoberfest, que acabó con una persona gravemente lesionada, correspondió a una empresa (imputada), según proyecto e instalación avalados por la firma de un ingeniero (también investigado), el cual, en razón de su título y colegiación, poseía y posee en exclusiva la facultad legal de decir qué se tiene en pie y qué no. Ni el concejal ni quien suscribe ni ninguna persona que carezca de la correspondiente acreditación específica podemos garantizar que una viga no se caiga, un puente no se venga abajo o un edificio no se hunda.

Lo que refrendó aquel ingeniero colegiado (del que ni siquiera sabemos su nombre) formó parte de un expediente que habría de ser visado por alguno de los más de cinco mil (5.000, ¿eh?) funcionarios del Ayuntamiento cesaraugustano. Después de lo cual el asunto acabó en manos del concejal que firma dando por hecho que el proceso previo ha funcionado... Porque si no es así díganme ustedes qué clase de país es este.

Suponer que el día a día de una urbe de setecientos mil habitantes es responsabilidad exclusiva de nueve concejales me parece una barbaridad (con independencia de ese fenó- meno excepcional llamado ZeC). No descarto, en casos como el que menciono, establecer responsabilidades institucionales o políticas. Sin embargo, me asalta la incómoda sensación de que culpar al cargo electo (sólo su nombre, sóla su foto) se ha convertido en una cómoda manera de evacuar responsabilidades por parte de una sociedad corroída por la ineficacia, la chapuza y los privilegios. Con perdón.