Además de ampliar su participación en el capital social para ayudar a la Cámara de Comercio, el nuevo rol de la DGA en la Feria de Zaragoza debe ir más allá. La institución ferial es un activo decisivo para que la capital aragonesa convierta su posición estratégica en una verdadera renta de situación. Y eso se consigue no solo apoyando a la Cámara con una operación financiera, sino dotando de un nuevo impulso a la Feria. El Gobierno de Aragón debe hacer política y no solo administrar las cuentas. Incluso en un momento de transición como el actual, con las elecciones en mayo, tanto Feria como Cámara necesitan un impulso de gestión para potenciar el papel de dinamización que han jugado hasta ahora. De lo contrario no se entendería la operación de rescate de Cámara rubricada ayer por el consejero Javier Campoy.