Comentar la actualidad es una carrera contrarreloj, porque la realidad ya no es fluida sino gaseosa y se escapa veloz por cualquier rendija.

Qué les digo del día de ayer. La policía belga detuvo a varios participantes en las Euromarchas 2015, que intentaban sitiar Bruselas (pacíficamente) para molestar a los jefes de gobierno convocados a una cumbre. Entre los activistas apresados, maniatados y abandonados a la intemperie durante dos horas había tres diputados aragoneses de Podemos y mi cuñao, el famoso José Luis El Negro Martínez, amén de su hermana Maribel y otros paisanos. Luego los soltaron. Mañana, todos ellos participarán en la manifestación por una Europa democrática, solidaria y razonable, la de verdad. Lo harán junto a personas llegadas de todos los países, en un ejemplar ejercicio de internacionalismo práctico.

Pero, ¿quién tenía aquí ojos y oídos para los acontecimientos de Bruselas, cuando en Barcelona se escenificaba el dulce martirio de Mas? Qué momentazo para el convergente. Qué sensacional regalo postelectoral le han hecho la Fiscalía y el Tribunal Superior de Cataluña (la primera atendiendo al absurdo requerimiento de Rajoy; el segundo, creo, con una intención bien distinta). En este plan, el president en funciones acabará siendo el político más incombustible del mundo. Ha tenido la suerte de tropezar con Mariano. Y para estas cosas Mariano, el pobre, es un chollo.

El PP va de culo y cuesta abajo. Casi da pena. Casi. Menos mal que todavía se mantienen a su lado las gentes de orden más recalcitrantes (que no son pocas) y personajes como el (¿tronado?, ¿fascista?) cardenal Cañizares Quien, por cierto, quizás no andaba desencaminado al clamar contra el caballo de Troya mahometano: Gran Bretaña, Francia y España están siendo tomadas desde dentro por los inversores qataríes, cuyo país no respeta los derechos humanos y es el origen de buena parte de la financiación del Estado Islámico. Pero Su Eminencia, claro, no se refería al corcel (dromedario, más bien) petrodolárico. Su Dios, el de los ricos, no entiende de razas ni credos. Sólo de dinero.