La aparatosa historia del viaje a Nueva York llevado a cabo (¡en mala hora!, pensarán ellos) por el exsecretario de Podemos-Zaragoza, Guillermo Lázaro, que coordinaba el grupo municipal de Zaragoza en Común, y su pareja, María José Calderón, exsecretaria de Organización de Podemos-Aragón, no es sino la consecuencia de los desbarres que se dan en el mundo de los alternativos en general y de los radikales en particular. No es corrupción, es bobería.

A Lázaro le hicieron la cama dentro de la propia ZeC. Le contrataron con un sueldo por debajo del ridículo tope (no más de tres veces el SMI) que impuso el exhibicionista pobrismo de la plataforma municipal... Pero a cambio le ofrecieron cubrirle algún gasto colateral con cargo al fondo integrado por las aportaciones que los munícipes detraen de sus propios salarios. El viaje a los USA entró en ese capítulo, aprobado por quienes luego han montado el pollo en plan fariseo. En estos momentos hay mucha mala hostia en el agitado seno de ZeC. Por supuesto el coordinador cesado (o suspendido) no ha sido el único que complementó así su magra retribución.

Pero... ¿cómo se les ocurren tales enjuagues y memeces? ¿A estas alturas ha de venir la izquierda-izquierda a fomentar la antipolítica (que los cargos públicos y sus asesores cobren una mierda) y la brutal devaluación salarial impuesta por la casta (la de verdad)? Esa ficción ascética pudo ser un propósito sincero de los dirigentes de Podemos (y de ZeC, ya digo). Pero derivó en pura y absurda santurronería, pues si se quiere contar con políticos preparados, eficientes y honestos hay que pagarles en forma proporcional y digna.

Y así, por la boca muere el pez; y por el chaletón, el exvallecano Iglesias. Las peripecias estéticas y los aparatosos renuncios de Irene y su pareja dan risa. Contribuyen a desacreditarles y a ir cerrando aquella ventana de oportunidad que se abrió tras el mayo de 2011, y por la que ahora se cuela Ciudadanos haciendo en la derecha lo que Pablo y los suyos pretendieron hacer por la izquierda. Qué patinazos, oye.