El borrador de los presupuestos para Zaragoza-2015 llega de la mano del PSOE, que se ha dado solo una semana para negociarlos con CHA e IU. Cuentan de salida con la cerrada oposición del PP, que los critica con alguna razón pero sin esbozar alternativa alguna ni profundizar en el asunto. Pero lo más perturbador de estos números no es tanto lo que proponen como el hecho de que deberían ser aprobados por un ayuntamiento que en mayo ya no será el mismo, sino muy diferente. Pese a todo tienen buenos propósitos: aumentar las inversiones y sostener el gasto social elevando considerablemente las ayudas urgentes. Queda por ver si prosperan.

DEMASIADO PREELECTORALES

Con unas elecciones municipales a la vuelta de medio año, cualquier debate que se plantee actualmente en el consistorio zaragozano tendrá un calado político muy especial. CHA ha asegurado que hará todo lo posible por llegar a un acuerdo con el PSOE. IU se ha reservado la intención de estudiar el borrador y analizar sus implicaciones sociales. Pero no va a ser fácil que ambos grupos se dejen convencer sin más. La negociación que viene será dura y complicada.

El PP cree que las cuentas presentadas son una ficción. Los conservadores se disponen a echar toda la carne al asador para intentar de nuevo hacerse con el gobierno de la capital aragonesa. Aunque su principal apuesta parece situarse más en los manidos temas de movilidad que en cualquier otra cosa.

UN POCO MÁS DESAHOGADOS

Los presupuestos para el 2015 que propone el equipo de gobierno dan un tímido paso adelante gracias a un presunto incremento del impuesto de plusvalía (el resto de cargas y tasas permanecen congeladas) y a una reducción de los gastos financieros. Así es posible obtener 10 millones más para inversiones directas y llegar hasta los 7,2 millones en el capítulo de ayudas de urgencia. Los portavoces del PP ponen en duda semejante cálculo (de hecho utilizan en sentido inverso argumentos muy similares a los que el PSOE y el resto de la oposición usan en las Cortes aragonesas para criticar, a su vez, los presupuestos del Gobierno autónomo).

Lo básico, en todo caso, sería garantizar la administración del Ayuntamiento de Zaragoza de aquí a la próxima primavera. Luego las urnas dirán la última palabra.