Sin noticias de Agapito. Ayer ya apareció en el Boletín Oficial de Aragón (BOA) la inscripción de la Fundación Zaragoza 2032, una de las alternativas para tomar las riendas del club aragonés. El expediente de constitución se realizó mediante escritura pública número 1825, de 17 de julio de 2014, otorgada en Zaragoza, y el patronato quedó constituido inicialmente por tres miembros: Christian Lapetra (presidente), Fernando de Yarza (vicepresidente) y Fernando Sainz de Varanda (secretario). La dotación, de carácter dinerario, fue de 30.000 euros, aportados a partes iguales por los fundadores, que ahora deberán esperar los movimientos de los actuales propietarios del Real Zaragoza y, sobre todo, de Agapito, que finalmente es quien tiene que aceptar la propuesta de este patronato.

En el registro de fundaciones de la comunidad autónoma aparecen una serie de hechos, como es el caso de los fines de la fundación, que ayer generaron algún que otro resquemor en la ciudad. Tres palabras generaron la discordia: "Construir escenarios deportivos". Desde la fundación se entiende que no debe haber polémica porque es habitual en la constitución de cualquier entidad dejar un margen de acción amplio.

Los fines que aparecen publicados en el BOA son los siguientes: "Apoyar a las entidades deportivas de la Comunidad Autónoma de Aragón cuya oportunidad se pueda ver truncada por falta de recursos económicos para que puedan desarrollar su labor, tanto económicamente como colaborando en convenios concebidos por parte de instituciones; realizar campañas didácticas, sociales y recreativas en favor del bienestar de la juventud y demás personas de diferentes etapas para contrarrestar los males que aquejan a la sociedad; contribuir con actividades y organizaciones en favor del patrocinio deportivo en cualquier manifestación; crear por iniciativa propia o en asociación con otras entidades o con personas más capacitadas conocedoras para el estudio de las alternativas y mejoramiento de las actividades deportivas en todos los niveles, así como crear, administrar, gestionar y en su caso construir escenarios deportivos y culturales privados y públicos y/o en concesión o convenio con otras entidades públicas y privadas para el desarrollo de actividades deportivas y culturales".

Christian Lapetra confirmó ayer que hasta la fundación no ha llegado "ninguna información" pese a que el tiempo aprieta. "Los plazos son los que son, pero no sabemos nada", dijo el presidente, que no movió en absoluto las condiciones anunciadas el pasado jueves en la presentación pública. "Las condiciones son inamovibles: que se produzca la retrocesión de las acciones y que Agapito haga la venta. El SOS es salvar al Zaragoza de la desaparición, pero la pelota está en el tejado de Agapito".

LA CUENTA ATRÁS Efectivamente, uno de los problemas del Real Zaragoza en estos momentos es el tiempo. La Comisión Mixta integrada por la Liga de Fútbol y la Asociación de Futbolistas se reúne el viernes, fecha en la que el club sabrá lo que tiene que pagar de forma ineludible antes del 31. Si no lo hace, el próximo 1 de agosto se decretaría su descenso administrativo a Segunda B, lo que equivaldría a su liquidación. La federación es conocedora de la situación en lo que se refiere a la Fundación, que insiste en que la "única misión" es "salvar al Zaragoza".

Del resto de alternativas teóricas para hacerse con el control del Real Zaragoza se sigue sin hablar desde la Fundación. "Somos una opción que consideramos que es la idónea. No se trata de competir con nadie, esto no es una carrera. Solo nos queda esperar que nuestro proyecto sea el considerado. Entiendo que los propietarios tienen sus opciones y las apurarán, pero el planteamiento sigue siendo el mismo: ni una sola comisión ni un solo intermediario", afirmó Lapetra, que vive con inquietud estos días en el apartado sentimental.

"Si tengo la posibilidad de ocupar la presidencia del Real Zaragoza, será un orgullo para mí, pero también una doble responsabilidad", afirmó el presidente, consciente de que, en caso de que accedan al club, deberán construir una plantilla casi entera en un mes. Se puede pensar en adelantar cosas, pero, obviamente, no en concretar.