Diego Martín Alaniz se levantó el martes 29 de noviembre dispuesto a entrenar en lo que parecía un día normal. Pero no lo era. La tragedia del accidente aéreo del Chapecoense golpeó al mundo del fútbol, pero si alguien quedó especialmente herido en el corazón ese fue el centrocampista uruguayo del Real Oviedo.

Tras conocer el fatal desenlace, el club carbayón guardó un minuto de silencio antes del entrenamiento de aquel día. Un minuto de respeto para las víctimas y una forma de demostrarle al joven mediapunta su apoyo. Aquel recuerdo llenó de lágrimas a Martín Alaniz, quien se fundió en un sentido abrazo con Linares.

Este verano llegó cedido por el Villa Española de Uruguay, aunque su último club, de enero a junio, fue el Chapecoense. Allí jugó cinco partidos y ayudó al equipo a recorrer el camino hasta la final de la Copa Sudamericana. En el conjunto brasileño dejó muchos amigos, pero si uno destaca en especial es Cléber Santana, exfutbolista del Mallorca y del Atlético de Madrid, tristemente fallecido. El centrocampista se despidió de él a través de las redes sociales: «Mi amigo, mi hermano, mi segundo padre, mi capitán. Estés donde estés vas a seguir siendo mi ejemplo a seguir, mi jugador favorito, siempre te recordaré, ídolo».

Hasta el momento, el prometedor futbolista uruguayo no está contando con muchos minutos en su primera aventura europea. Ha participado en cinco encuentros, uno de ellos de titular y acumula 113 minutos de juego sin haber conseguido marcar ningún gol todavía.