Ha encontrado Natxo Insa en el Alcorcón la estabilidad, los minutos y la confianza que le faltaron en Turquía, en el Antalyaspor, y en su breve paso por el Zaragoza, donde jugó seis meses en el final del curso pasado, con más pena que gloria, ya que acusó la inactividad tras estar medio año en el paro y su rendimiento estuvo muy lejos del esperado, del que dio, por ejemplo, en el Celta en dos temporadas (11-13), su mejor etapa profesional hasta el momento. A ese nivel se está acercando por fin el centrocampista en el Alcorcón, donde tras firmar en verano pasado por una temporada cuenta con la confianza absoluta de Juan Ramón López Muñiz.

Calificaba Natxo Insa (Valencia, 9-6-1986) esta semana su paso por el Zaragoza de "gran experiencia" en un equipo que luchó por retornar a Primera. Los datos no dicen, al menos, eso. La sensación que dejó en la afición zaragocista, tampoco. Tuvo que esperar a que el club aragonés firmara el convenio singular con Hacienda para que la Liga lo autorizara y a que Diogo accediera a su baja para ocupar la plaza del uruguayo a mediados de enero del 2015. Venía de entrenarse en solitario en Bilbao con un preparador personal desde el verano anterior, desde que había rescindido en Turquía, donde nunca se terminó de adaptar y cuajó una discreta temporada en la 13-14 en el Antalyaspor, con 16 partidos jugados en Liga y cuatro en Copa.

Popovic le fue dando minutos poco a poco y coleccionó 9 partidos en el once y 17 en total (850 minutos), pero acusó la falta de preparación, de una pretemporada con un equipo, mucho más cuando su característica principal es el despliegue físico en la medular. En la promoción de ascenso no tuvo ni un minuto en los cuatro partidos y el Zaragoza ni se planteó su continuidad. En su contrato solo había una opción automática en caso de subir a Primera.

Esperó Insa su oportunidad en el verano y no le sobraron destinos. Se decidió por el Alcorcón y el paso de los partidos le ha dado plaza fija para López Muñiz (26 encuentros de Liga, 20 de titular), ya que ha tenido muchos minutos y solo al principio de curso y por culpa de las molestias no tuvo un papel relevante. El técnico del conjunto alfarero le ha ubicado en la mediapunta, por delante de los dos pivotes para que el Alcorcón muerda en la presión sobre el rival. Quizá es la posición más ideal de Insa, con tendencia a la dispersión en el doble pivote. Hace tres semanas fue clave en la victoria ante el Mirandés con un gol y acumula 13 partidos seguidos en el once. Hoy será el decimocuarto pese a que en esta semana ha arrastrado ligeras molestias.

La mano de Paco Herrera

Su nivel, por fin, se aproxima al que exhibió en el Celta. Allí se lo llevó Paco Herrera, que lo había dirigido en el Villarreal B, aunque él se crió en la cantera del Valencia. Sus dos temporadas en Vigo dejaron sello de un centrocampista con esa mezcla de trabajo, despliegue y aceptable manejo de balón. Fue importante en el retorno celeste a Primera en la 11-12 (27 partidos) y en la continuidad en la élite en la siguiente. De hecho, tres goles suyos todavía se recuerdan por Balaídos. El primero, en Tarragona, sellando la victoria que certificaba la vuelta a Primera tras cinco años por la categoría de plata. Y, ya el curso siguiente, anotó ante el Barcelona para soñar en el Celta con la salvación. El tercero, el más importante, fue ante el Espanyol, ya que mantenía al equipo vigués entre los mejores. Aun así hizo las maletas en el verano del 2013 con un buen contrato en Turquía. Desde entonces, su progresión se detuvo. Ahora se está reencontrando.