Investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y de la Universidad de Barcelona (UB) han descubierto una mutación que predispone a que los huesos sean vulnerables a los bisfosfonatos, un fármaco para la osteoporosis, y que, en vez de fortalecerlos, induce a que el fémur sea más propenso a fracturarse. Este hallazgo, de gran trascendencia clínica, según los investigadores, ha sido publicado en la revista biomédica New England Journal of Medicine. La osteoporosis produce fracturas que afectan hasta un 40% de las personas mayores de 50 años y los bisfosfonatos, dada su eficacia y reducido coste, se encuentran en la primera línea de tratamiento, pero ahora su uso se ha asociado a una fractura atípica de fémur.

«A pesar de la rareza de esta complicación y de que son muchísimas más las fracturas que se evitan que las que se inducen», el temor a este efecto adverso «ha retraído mucho la prescripción de estos fármacos, especialmente en tratamientos de larga duración», explicó el responsable del estudio, el doctor Adolf Díez, jefe de Servicio emérito de Medicina Interna del Hospital del Mar e investigador del Grupo de Investigación musculo-esquelética del IMIM. La rareza del problema hace sospechar que haya una predisposición genética que hace que algunas personas fuesen propensas a esta fractura atípica.