España sigue siendo uno de los países de la UE con los impuestos medioambientales más bajos -1,85% del PIB en el 2014 frente al 2,46% de la UE- y, aunque en los últimos años se han adoptado medidas en el ámbito de la energía, los avances en materia de fiscalidad medioambiental siguen siendo «muy limitados». Esta reiterada advertencia figura de nuevo en la primera revisión de la política medioambiental de la UE presentada ayer por la Comisión Europea. Entre las asignaturas pendientes de España identificadas en la evaluación: la gestión del agua, los residuos urbanos y la calidad del aire.

«España debe afrontar el desafío de desplazar la fiscalidad que grava el trabajo a otros impuestos menos perjudiciales para el crecimiento, además de reducir las subvenciones perjudiciales para el medio ambiente», reclama la Comisión Europea sobre los impuestos verdes criticando a la vez la existencia de «una cierta dispersión normativa» y un enfoque «heterogéneo» a nivel regional y local. Y es que, según Bruselas, la descentralización en España, donde la mayoría de las competencias de aplicación de las políticas medioambientales están en manos de las comunidades autónomas, plantea un reto.

«Existe margen para mejorar y reforzar la cooperación», advierte el Ejecutivo europeo, que alerta también de que, en caso de inacción por parte de las administraciones públicas, los ciudadanos podrían tener problemas para denunciar la situación y hacer frente a procesos que suelen resultar muy costoso. La evaluación responde al compromiso asumido por Bruselas el año pasado para mejorar la aplicación de la legislación medioambiental en la UE y que podría impulsar la creación de empleo y la economía europea. Solo aplicando plenamente la política de residuos estiman que la UE podría crear de aquí al 2020 unos 400.000 empleos y obtener unos beneficios de 2.800 millones aplicando la legislación sobre el agua.

Se trata de dos de las asignaturas pendientes en el Estado español. Aunque en los últimos años se ha reducido la cantidad de residuos municipales, España sigue lejos del objetivo previsto para 2020. El 55% de los residuos municipales (2014) terminan en vertederos -la media en la UE es del 28%-, mientras que solo el 33% de los mismos es reciclado, muy lejos del objetivo del 50% establecido para el 2020.