España es el tercer país del mundo tras China y EEUU en el que más aumentó la superficie forestal durante la pasada década, con un crecimiento anual de 118.500 hectáreas, según datos compilados por la FAO. Y no solo eso: el terreno con bosques se ha duplicado en los últimos 100 años.

Eduardo Rojas, subdirector general de la organización, atribuyó ayer el proceso a la acción combinada de las repoblaciones, el hundimiento del medio rural y la expansión espontánea de la vegetación, sobre todo en la montaña. Rojas, que también es el máximo responsable del departamento forestal de la FAO, presentó en Madrid el Año Internacional de los Bosques y el informe sobre la Situación de los bosques del mundo 2011.

Según los datos del estudio, el área total de bosque existente en el mundo asciende actualmente a 4.000 millones de hectáreas, lo que corresponde al 31% de la superficie total del planeta. Los cinco países con mayor riqueza forestal son Rusia, Brasil, Canadá, Estados Unidos y China, aunque en términos porcentuales los territorios con bosques mejor conservados son la Guayana francesa, Surinam y varios estados insulares del Pacífico.

BRASIL, EN LA COLA La reforestación se ha reducido en un 37% en los últimos años, prosigue el informe de la FAO, pero sigue siendo una lacra en numerosos países, encabezados por Brasil, que ha perdido 2,6 millones de hectáreas anuales. También se han deforestado a marchas forzadas la República Democrática del Congo, Indonesia, Australia, Nigeria, Tanzania, Venezuela y Bolivia, entre otros.

El 36% de la superficie española está cubierta por bosques (sin especificar el tipo), lo que supone 409 hectáreas por 1.000 habitantes, subraya la FAO. En el conjunto de Europa, España queda lejos de los paraísos forestales de Finlandia, Suecia y Eslovenia, donde el porcentaje supera el 60%, pero está por encima de países como Suiza (31%) y Francia (29%). En la cola figuran el Reino Unido (12%) y los Países Bajos (11%).

En líneas generales, la superficie boscosa aumenta en Europa, pero España es donde el proceso es mayor, posiblemente porque la deforestación también empezó hace mucho, hace al menos 3.000 años, como destacó el subdirector de la FAO. "Tener tanto bosque --advirtió Rojas-- también supone un mayor riesgo de incendios. Por eso, hace falta gestionar bien para que la expansión se realice de forma razonable". En principio, dijo, el hundimiento del medio rural puede ser beneficioso para el bosque, pero a partir de cierto momento el aumento de la masa forestal puede suponer un problema. Por este motivo, Rojas insistió en que el "reto" es el uso de la biomasa.

Al margen de España, en Europa también registran crecimientos destacados Suecia, Italia, Noruega, Francia y Bulgaria.