No hay en el mundo sistema educativo que se precie que no sea evaluado cada tres años por PISA, el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (Program for International Student Assessment, en inglés). Se trata, en este sentido, de casi una cuestión de prestigio de país.

La publicación de los resultados de este informe, que se lleva a cabo por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es el gran acontecimiento educativo mundial, un referente tanto para gobiernos como para escuelas y familias y, sobre todo, una potente guía que está decidiendo cómo hay que enseñar a las futuras generaciones. Este año toca un nuevo PISA. El día de la publicación es mañana, martes y la expectación es máxima.

Los alumnos

El informe que se conocerá ahora es el correspondiente a las pruebas que medio millón de estudiantes de 15 años de 72 países distintos realizaron en la primavera del 2015. Los estudiantes que se someten a estos exámenes son elegidos de forma aleatoria en centros educativos seleccionados también de forma muestral. El examen se llevó a cabo entre el 8 de mayo y el 5 de junio del pasado año.

Las pruebas

La evaluación, según explica la OCDE, la diseñan expertos de todo el mundo. «Desde que se empezaron a realizar las pruebas en el año 2000, han participado en su confección especialistas de las 80 economías que forman parte del organismo», dice la entidad, que insiste en que el test está concebido de tal modo que «se puede hacer en cualquier lugar del mundo». Este año todas las pruebas se han hecho en ordenador.

Los objetivos

El objetivo de la evaluación es ver si los estudiantes (en España, alumnos de cuarto de ESO) son capaces de aplicar en la vida real lo que han aprendido en la escuela. Es el conocido como aprendizaje por competencias, que en los últimos años se ha impuesto (por obra y gracia de PISA) en casi todo el mundo.

Las materias

Las pruebas, que consisten en un examen de dos horas de duración, evalúan sobre las asignaturas instrumentales de Ciencias, Comprensión Lectora y Matemáticas y, este año por primera vez, también sobre aspectos que van más allá de los conocimientos teóricos como es la capacidad de los alumnos para resolver problemas colaborativos. En algunos de los países, a los estudiantes también se les ha examinado de cultura financiera.

Los condicionantes

Las pruebas son completamente anónimas, «porque no se evalúa al alumno, sino al sistema en el que está siendo educado», según insiste la OCDE. Al final del test, los estudiantes deben responder también a un grupo de preguntas de contexto, en las que se les interpela sobre su familia, así como sobre su escuela y sus profesores y que sirven finalmente para afinar las conclusiones del estudio, por grupos culturales o socioeconómicos.