El vuelo MH370 de Malaysia Airlines podría perder pronto su título oficioso de mayor misterio de la aviación. Los restos hallados en una playa de la remota isla francesa de Reunión provienen "muy probablemente" del vuelo perdido más de año y medio atrás con 239 personas a bordo. El avión volaba de Kuala Lumpur a Pekín cuando desapareció sin dejar rastro. La confirmación no desvelará las razones de qué hacía a miles de kilómetros de su ruta y quizá ni siquiera ayude a encontrar el grueso de la nave, pero acreditará su destino más lógico y eliminará todas las teorías creativas.

"Las informaciones iniciales sugieren que los restos son de un Boeing 777 pero tenemos que verificar aún si son del vuelo MH370", indicó ayer el primer ministro malasio, Najib Razak. No hay noticias de otro Boeing 777 estrellado ni perdido en el Océano Índico, según los registros de aviación. La pieza, de dos metros de largo, es lo que se conoce como un flaperón y está incrustada en el ala del avión. Será enviada a la ciudad francesa de Toulouse para que los expertos certifiquen de cerca lo que algunos investigadores ya han apuntado. En los restos se lee un número que podría ser de mantenimiento y que resolvería las dudas.

"Es la primera posibilidad real de que hayamos encontrado un pedazo del avión", añadió el ministro australiano de Transporte, Warren Truss.

Más escépticos son los familiares tras 16 meses de una desmoralizadora retahíla de pistas falsas y desmentidos. "No creo que nadie pueda confirmarlo sólo a través de fotografías o vídeos, tendremos que seguir esperando", señalaba ayer a este diario por teléfono Steve Wang, pequinés de 26 años que perdió a su madre en el vuelo.

"No aceptaremos otra confirmación del 99% sino del 100%", añade Xu Jinghong, otra familiar. Wang lamenta que se enterasen por los medios de comunicación y que tanto las aerolíneas malasias como Pekín los ignoren. La más costosa operación de búsqueda de la Historia no ha encontrado un solo indicio del vuelo desde que desapareció en marzo de 2013 pocos minutos después de despegar de Kuala Lumpur en dirección a Pekín.

La red global de radares detectó que dio media vuelta después de que alguien desconectara los dos mecanismos de comunicación civiles y se dirigió hacia los confines del Océano Índico. La versión oficial asegura que cayó cuando agotó el combustible tras diez horas de vuelo.

La isla de Reunión se encuentra a 4.200 kilómetros al oeste de la zona de búsqueda submarina y los expertos aseguran que esa distancia es compatible con el tiempo transcurrido y con las corrientes marítimas de la zona. Pudo tratarse de un secuestro, un sabotaje o un fallo mecánico. Pero el misterio sigue abierto.