"Se arrodilló abatido, como cargando con toda la culpa por la tragedia". Esta fue la actitud del padre de Andreas Lubitz, el jueves, cuando visitó el monolito que rinde homenaje a la víctimas del accidente a las afueras de Le Vernet, y así lo narraba ayer el alcalde de la localidad de Prads Haute Bléone, Bernard Bartolini, que también se acercó al lugar. El padre de Lubitz formaba parte de la comitiva de familias de la tripulación que fue separada de los allegados de los pasajeros. Llegaron una hora después. No se cruzaron.