El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, cifró ayer en unos 87.000 los inmigrantes extracomunitarios que se han quedado sin trabajo y que podrán cobrar el subsidio del paro en solo dos entregas a cambio de regresar a sus países y no volver a España en tres años. Corbacho, que basa sus cálculos en los 188.451 extranjeros que reciben el seguro de desempleo, anunció que podrán acogerse al plan, aprobado ayer en el Consejo de Ministros, "a finales de octubre y principios de noviembre".

El cálculo de solicitantes previstos ha sufrido vaivenes durante los últimos meses. Las cifras han oscilado entre los 10.000 y los 100.000. En cualquier caso, quienes decidan acogerse a la medida cobrarán el 40% del total del dinero en España y el otro 60% al mes siguiente en su país de origen. Esta distribución servirá, según explicó el ministro, para controlar que los trabajadores foráneos han regresado a sus países.

La condición de regreso no es la única: los inmigrantes deberán renunciar a su permiso de residencia y al de trabajo, además de no regresar a España en tres años. Transcurrido ese tiempo, podrán volver a pedir la entrada en el país, pero el Gobierno no se la garantiza. No obstante, según Corbacho, se les dará prioridad en los contingentes anuales de contratación en origen si la petición de volver a España la hacen cinco años después de haberse ido. Si regresan de esta forma, lo harán conservando la situación que tenían antes de irse del país.

CRÍTICAS Las asociaciones de inmigrantes y la oenegés han criticado el plan, ya que creen que es insuficiente si no se acompaña de un programa que asista a los inmigrantes en la inversión en pequeños negocios. Ven excesivo que se les exija no poder regresar en tres años, cuando solo se les está permitiendo acumular el dinero que les corresponde.