El paciente guineano que el viernes pasado fue aislado en el hospital Royo Villanova no tiene ébola. El resultado de la primera analítica ha dado negativo. En cambio, los análisis previos sí han determinado que está infectado de malaria. Mañana se le practicará una segunda extracción de sangre para descartar por completo el ébola. El hombre, de 38 años y de Guinea Conakry, seguirá en aislamiento hasta que exista la certeza de que no padece la enfermedad y le desaparezcan todos los síntomas. Su familia y la doctora que lo trató --no han presentado síntomas-- permanecerán en observación y controlados por los equipos sanitarios.

El Gobierno de Aragón activó el protocolo sanitario el viernes a las 18.51 horas tras ingresar en las Urgencias del hospital Miguel Servet con síntomas propios del virus y haber regresado de su país de origen el pasado domingo. Según explicó el director general de Salud Pública, Francisco Sánchez, el ébola puede manifestarse de dos maneras: con fiebre superior a los 38,3 grados y hemorragias o con fiebre, cefalea y dolor de garganta, como presentaba el guineano.

De inmediato fue aislado en el box de triaje del Servet junto a un médico y una enfermera hasta que fue trasladado al Royo Villanova --hospital de referencia para adultos--, donde se encuentra aislado.

El paciente ya acudió el jueves a su centro de salud Torre Ramona. No presentaba fiebre suficiente para sospechar que podía padecer ébola y se le diagnosticó una alteración respiratoria. Al persistir y agravarse los síntomas, acudió a Urgencias donde finalmente se le ingresó.

El protocolo sanitario exije realizar una segunda extracción de sangre para descartar el virus a los tres días de la aparición de los síntomas. Así que mañana volverán a repetir la prueba. Mientras, seguirá aislado y atendido por el jefe de guardia, un médico internista, una enfermera y un auxiliar. El gerente del Salud, Ángel Sanz, precisó que todos los sanitarios están perfectamente equipados con dispositivos y material que garantizan su seguridad. "Es un tema que nos ha preocupado especialmente", aseguró.

El paciente está ingresado en la cuarta planta del centro, en la unidad de aislamiento diseñada para este tipo de casos. La zona se encuentra dividida en dos áreas independientes. Los pacientes y familiares de los ingresados en el ala colindante ayer aseguraban sentirse tranquilos. "Sobre las 20.00 horas nos explicaron que había un posible caso de ébola, pero que no existía riesgo alguno. Por aquí todo esta normal", explicaba Ceferino Cañibano mientras leía el periódico en la sala de espera ayer por la mañana.

Esta zona del hospital tiene un sistema de presión negativa. Sánchez explicó que el sistema de ventilación es independiente al del resto del hospital lo que hace que la presión del aire sea inferior. Además, pasa un filtro especial antes de salir. "Es una adicional que no sería necesaria porque el ébola no se trasmite por el aire", señaló.

Tras su aislamiento se puso en marcha la segunda fase del protocolo que consiste en un test epidemiológico para conocer el entorno en el que se había movido con el fin de poder realizar un seguimiento y descartar posibles casos de infección. Según explicó el el director general de Planificación y Ordenación de Servicios Sanitarios de la DGA, Antonio Villacampa, únicamente ha tenido contacto con su entorno familiar --mujer y tres hijos-- y la doctora que le atendió en el centro de salud Torre Ramona. Todos están controlados por los equipos sanitarios y cada 12 horas se les toma la temperatura, síntoma principal del virus.

El Gobierno hizo un llamamiento a la calma: En Aragón no hay ningún caso de ébola y las posibilidades de contagio son mínimas ya que tiene que existir contacto físico. Y la malaria se contagia a través de la picadura de un mosquito.