Aragón no tiene intención alguna de realizar en las aulas aragonesas ninguna de las reválidas que impone la LOMCE. Ese es el mensaje que la consejera de Educación, Mayte Pérez, trasladará hoy al ministro del ramo, Íñigo Méndez de Vigo, en la conferencia sectorial de la que deberá salir el desarrollo definitivo de la futura prueba de acceso a la universidad y de la reforma educativa promulgada por el anterior ministro, José Ignacio Wert. El ministro ya anunció la semana pasada que no se derogará, sino que se reformará.

La comunidad tiene clara su postura y está dispuesta a mantenerla todo el tiempo que sea necesario. De hecho, en Aragón ya no se aplica ninguna de las dos reválidas de Primaria -en 3º y en 6º-- a pesar de que la legislación estatal lo impone. El actual Ejecutivo autonómico eliminó esta prueba en 3º, que sí se hizo en el 2015 todavía con el anterior equipo de gobierno aragonés, y se negó a instaurar la prueba en 6º tal y como imponía la LOMCE. En su lugar, optó por una prueba individualizada corregida por los profesores del centro y no por un tribunal externo.

REQUERIMIENTO // Precisamente, esta desobediencia provocó que el ministerio enviase un requerimiento a la consejería para que ejecutara la reválida tal y como imponía la LOMCE. Aragón se negó. Para entonces, la prueba ya se había llevado a cabo tal y como fue diseñada por el departamento. Madrid avisó de que llevaría a Aragón a los tribunales, tal y como había hecho con otras autonomías, pero de momento el Ejecutivo autonómico no ha recibido citación alguna.

Ahora, la consejería, al igual que otras comunidades, pretende mantener esa firmeza también con la reválida de 4º de ESO y con la de 2º de Bachillerato, la que da acceso a la universidad. Para ello, asegura que recurrirá al «diálogo» con el ministerio, al que volverá a requerir la derogación de la LOMCE, el verdadero objetivo. «Recogemos esa propuesta de pacto que ofreció el ministro y esperamos que sea sensible tanto en lo que respecta a la reválida de Bachilerato como con las del resto de cursos», indicó el pasado jueves la consejera aragonesa.

Pérez dejó claro que «no compartimos las evaluaciones al final de cada etapa y entendemos que la evaluación de diagnóstico no es al alumno sino al sistema y, por tanto, la responsabilidad recae sobre el docente, que es quien analiza al alumno durante todo el curso. Y no es, pues, un examen final». Por eso, la titular del departamento asegura que no entiende «que la LOMCE se rija exclusivamente por esa superación de pruebas al final de cada etapa. Vemos bien las evaluaciones de diagnóstico pero competentes de cada comunidad autónoma, pero no así las reválidas». El pasado viernes, el ministro se refirió a la Conferencia Sectorial de hoy lunes entre Educación y las comunidades, en la que espera que las propuestas del ministerio sean aceptadas.

En la cita se debatirán las características de las evaluaciones finales de ESO y Bachillerato, pero Aragón y otras comunidades tienen decidido solicitar que el debate también se extienda a las reválidas de Primaria. Porque el Ejecutivo autonómico sigue dcidido a que ninguna de las cuatro se celebre en las aulas aragonesas, al menos, no tal y como lo impone la LOMCE. De hecho, desde los departamentos de distintas comunidades se entiende que el objetivo, ahora, ha de ser acabar con las reválidas.