El alcalde de Zaragoza, Juan Alberto Belloch, defendió ayer que el dragado del Ebro es imprescindible en todos los tramos aragoneses, pero que es insuficiente, ya que debería hacerse con un "plan integral de protección de las riberas". Lo aseguró tras pasar la punta de la crecida por la ciudad a la que esta "resiste" pero sin confiarse. Y a pesar de que esta fue de 300 metros cúbicos por segundo más de los que previó la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) --fueron 2.610-- y el agua alcanzó un metro más de los que se esperaban (6,09 metros). También mostró su "elogio" al dispositivo desplegado y su "solidaridad" con Pradilla, Boquiñeni o Pina. Además, apostilló que las obras de la Expo (como el muro de contención del barrio del Actur) o la mota de refuerzo en Juslibol han evitado, por ejemplo, que se inundara medio Actur, ya que está a una cota más baja.

Junto a él, el teniente de alcalde de Urbanismo, Carlos Pérez Anadón, arremetió contra la "inexactitud" de los datos previos de la CHE que obligó la noche del domingo a reforzar motas y trabajar a destajo antes de la punta de la crecida y aseguró que "no es momento de sobrevolar, hay que aterrizar en el problema", apuntó.

Por su parte, el portavoz del PP en Zaragoza, Eloy Suárez, también animó a consensuar medidas todos los partidos y ponerse de acuerdo "en 48 horas". Él por su parte, aseguró ser partidario del dragado "hoy y desde hace nueve años".

Mientras, desde el colectivo ecologista Seo Birdlife defendió que los daños ocasionados por el río se debe por la invasión de particulares en un dominio hidráulico que se ha reducido en un 45% desde 1927 y que debería devolverse al Ebro.