Las negociaciones entre la Universidad de Zaragoza y el Gobierno de Aragón sobre el acuerdo de financiación firmado en el 2011 está lejos de llegar a buen puerto. "Si soy políticamente correcto, diré que nunca pierdo la esperanza. Pero si soy sincero, diré que no tengo ninguna", aseguró ayer el vicerrector de Economía, Javier Trívez.

Sus palabras vinieron a ratificar lo dicho la semana pasada por el rector del campus, Manuel López, quien ya aventuró que no esperaban reacción de la DGA respecto al requerimiento presentado para cobrar los 53 millones del acuerdo. El Ejecutivo tiene menos de un mes para responder al mismo. Si no lo hace, el campus presentará un recurso contencioso-administrativo por este tema.

"Se llegó a poner en duda los contactos con la Administración, pero no ha habido ninguna respuesta por parte del Gobierno de Aragón. Una cosa son las conversaciones normales, del día a día, y otras las referidas al requerimiento. Hemos mostrado nuestra intención de negociar, de hablar, de poner sobre la mesa nuestra reivindicación. No se nos puede decir que es inasumible algo que has firmado, porque esto --el acuerdo-- no lo ratificó un partido, sino la DGA", apuntó Trívez.

El vicerrector de Economía, quien se mostró muy crítico con el Ejecutivo, aseguró que en la institución académica hay "un resentimiento absoluto" en el tema del plan de infraestructuras, cuya partida, por segundo año consecutivo, es de cero euros.

"En obras poco podemos hacer y tendremos que renunciar a la remodelación de centros en estado lamentable, como el de Filosofía y Letras", dijo.

AMENAZA DE CIERRE

También este año, Trívez alertó del posible cierre de facultades y espacios debido a la falta de presupuesto para acometer remodelaciones. "Si los centros con deficiencias siguen abiertos es porque, a pesar de las carencias, no hay un informe que diga que es grave, pero cuando los técnicos nos hagan constar que existe peligro para la integridad física se cerrarían sea colegio mayor o facultad. Si no se atienden nuestras peticiones, esto tendrá que ocurrir en algún momento", comentó el vicerrector.

La reducción de los gastos en obras y equipamiento, según los presupuestos presentados ayer, es del 13,1%. Actualmente, la universidad tiene en marcha un plan de racionalización de la gestión económica y que supondrá una reducción del gasto en suministros (agua, luz y combustible) del 7,3% respecto al 2014.

Trívez también reclamó mejoras en los sistemas informáticos del campus, "que no son dignos de una universidad pública en un país desarrollado", dijo. Asimismo, matizó que la institución "ha tenido que renunciar" a varias suscripciones de revistas que ya no están disponibles en las bibliotecas de varias facultades. "Todo por los recortes y la situación de asfixia", dijo.

Trívez apuntó que la deuda de la Universidad de Zaragoza a largo plazo se sitúa actualmente en 34,5 millones de euros debido a que se ha tenido que computar la deuda a corto plazo que a 31 de diciembre no se hubiera liquidado, por recomendación de la Cámara de Cuentas.