Los presidentes de las comarcas aragonesas limítrofes con Cataluña consideran que en la zona no existe ningún interés en cambiar la relación política de sus ciudadanos. Así, el ofrecimiento del consejero catalán de Justicia, Germà Gordó, es despachado como una "ocurrencia" fácilmente enmarcable dentro del clima preelectoral que vive la comunidad vecina.

"Vivimos y convivimos con notable naturalidad, tanto en lo social como en lo económico", destacó el presidente de la comarca Bajo Aragón-Caspe, Francisco Domenech. "Creo que las declaraciones del consejero catalán son ganas de generar una polémica artificial que no beneficia a nadie", precisó. En su opinión, entre los vecinos de localidades como Caspe o Maella no existe ninguna voluntad de cambiar de "estatus político", así que el ofrecimiento cae en saco roto.

En términos similares se pronuncia el presidente comarcal del Matarraña, Rafael Martí. "Es una salida de tono innecesaria: en toda la zona los vecinos se sienten muy aragoneses", recalcó. También lamentó el uso interesado que hacen del catalán. "No entendemos el afán que tiene el Gobierno de Mas en mezclar la lengua con el territorio, una cuestión que aquí se entiende sin estridencias", precisó.

SIN IMPORTANCIA

"Los ciudadanos tienen cosas más importantes en las que pensar: unas declaraciones como esas no tienen ninguna importancia". Para el presidente del Bajo Cinca, Evaristo Cabistañ, la polémica levantadas por el consejero catalán "es un sinsentido". Al igual que el resto de presidentes fronterizos destacó que la convivencia social y económica entre los dos territorios "nunca ha supuesto ningún problema". En La Litera el sentimiento es muy similar. El presidente Josep Chauvell enmarcó las palabras de Gordó en un contexto de un curso de una universidad veraniega para analizar el proceso independentista. Por ese motivo bromea: "Es muy difícil que alguien pueda dar algo que no tiene". "En toda La Litera se convive en el día a día manteniendo una relación excelente; las palabras del consejero catalán no tienen ningún valor más allá del anecdótico", afirmó contundente. La presidenta de la Ribagorza, Lourdes Pena, prefirió no valorar las declaraciones. "Somos una zona fronteriza con unas peculiaridades que se viven con toda naturalidad: no hay más", concluyó.