Zaragoza ha reducido un 35% el tráfico en hora punta debido a la crisis económica y a las obras del tranvía. Esta circunstancia afecta particularmente al centro de la ciudad donde las medidas puestas en marcha para reducir el uso del vehículo privado van surgiendo efecto.

Este descenso ha evitado que los problemas por colapsos en el entramado de las obras de la segunda fase del tranvía sean más "llevaderas". Según explicó ayer Antonio Ramos, jefe del Servicio de Movilidad Urbana del Ayuntamiento de Zaragoza, que participó en las jornadas de movilidad tituladas Hacia un nuevo modelo de transporte urbano en Zaragoza que organiza la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ), la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) y CCOO Aragón. Una de las causas que Ramos esbozó para explicar esta reducción fue la afección de la crisis económica sobre los usuarios del vehículo privado.

El incremento del precio del combustible y la bajada del poder adquisitivo, consecuencias directas de la situación financiera, no son las únicas razones de la reducción del tráfico rodado. Además, las obras del tranvía en el entorno de la plaza Paraíso han provocado la dispersión de la circulación por otras zonas de la ciudad. Estos nuevos hábitos en los zaragozanos han generado que el tráfico se traslade en un 20% al segundo cinturón y que el tercero absorbió unos 40.000 vehículos.

LAS CAUSAS El propio tranvía se erige como otro de los factores determinantes en esta bajada ya que la primera fase de la línea I acoge a buena parte de los usuarios de los viales con mayor demanda. "El Plan de Movilidad de la ciudad preveía adecuar los trayectos de este transporte en los recorridos con mayor uso", explicó Ramos. Esta descongestión es, además, directamente proporcional al incremento en los usuarios del tranvía. "Hasta ahora su funcionamiento es óptimo, alcanzando los ocho millones de viajeros desde que se inauguró en abril", cifró el jefe del departamento. Sin embargo, el planteamiento es que durante este año se alcance el millón de usuarios mensuales lo que conseguiría llegar a los 12 millones anuales.

El impulso de este transporte ha provocado ya "cierta congestión en el servicio debido a la alta demanda al comienzo de la línea en Gran Vía". Un hecho que se resolverá "cuando entren en funcionamiento las cinco unidades a la vez", solventó Ramos. Sin embargo, la subida en el número de pasajeros vivirá su verdadero estímulo con la apertura de la segunda fase de la línea I. "Se prevé que el gran impulso llegue en el 2013 cuando se alcanzarán los 30 millones de viajeros en el tranvía", anunció. Un incremento que permitirá reducir la utilización del autobús urbano hasta los 90 millones de usuarios anuales.

EMPRESAS INTERESADAS Respecto al proyecto de la segunda línea del tranvía, Ramos comentó que el plan de movilidad plantea tres alternativas al trayecto avenida Madrid, Conde Aranda y plaza España. "Desde aquí es posible ir hacia Las Fuentes por la avenida Compromiso de Caspe, ir por la calle Miguel Servet o pasar el trazado por la avenida San José", resumió Ramos indicando que el plan estima que este último es el vial donde se agrupa la mayor demanda de usuarios. Además, opinó que con los resultados de la primera línea, "creemos que habrá empresas privadas interesadas para construir la segunda".

El servicio del tranvía encontraría su complemento ideal en la red de cercanías. "Es un futurible que tendrá su razón de ser cuando la ciudad se haya expandido", evaluó Ramos. Para ello, el jefe del departamento estimó que a los apeaderos de Portillo, Goya y Miraflores, debería añadirse uno en la avenida Tenor Fleta "a la altura del colegio Agustinos". El tercero en discordia, el autobús urbano, vive un "acontecimiento histórico" en el 2012. Con el final de la concesión a TUZSA, Ramos apostó por una contrata con otra empresa, pero apostilló que "el convenio sería de 10 años". Además de anunciar que "ya hay empresas nacionales e internacionales interesadas".