A Pablo Echenique le pasará como a Pedrito con el lobo. Si un día rompe con Javier Lambán no se lo creerá nadie. Al PSOE se le puede reprochar que hoy se abstenga para que gobierne Mariano Rajoy con la misma legitimidad que se puede afear a Podemos que en marzo impidiera el paso de Pedro Sánchez. Debería pensarlo el líder morado en Aragón, que ayer repitió una y otra vez que un gobierno de Rajoy es nocivo para Aragón, sin reparar que él y su partido también son corresponsables de la continuidad del PP en Moncloa. El tacticismo de Podemos, y su intento de sacar réditos constantes de las contradicciones de aquellos que han gobernado España, no pueden condicionar todos los niveles de las instituciones. Los aragoneses padecen problemas cuya resolución depende exclusivamente de la acción de gobierno de la DGA. Céntrense en esos asuntos, inste a solucionarlos, fiscalice la manera... Esa es la función de un partido vigilante y responsable, más allá de los intereses en cooptar el espacio político que el PSOE va dejando yermo, víctima de sus errores.