Ni un resquicio de consuelo. Solo consternación y pena. Los vecinos de los pueblos y barrios próximos a la sede de Pirotecnia Zaragozana amanecieron ayer con dolor. Algunos lo hicieron entre lágrimas al saber que, de madrugada, se habían encontrado los restos de la sexta víctima mortal de la explosión que sucedió el lunes. "Aún no nos lo creemos", decía Gabriel Fernández, presidente de la peña El Cachondeo y a la que pertenecía Gregorio Royo, uno de los fallecidos.

"Sigo con la esperanza de que alguien venga y me diga que no ha sido él, pero es solo eso, esperanza. Tenemos ganas de que identifiquen los restos para poder enterrarle y darle todo nuestro cariño", apuntó este amigo de Gregorio, a quien recordó como un chaval "superabierto, amigo de sus amigos y al que jamás se le podrá olvidar".

En Pinseque "tembló la tierra", según Andrés Álvarez, que se encontraba comiendo cuando se produjo la explosión. "Los cristales del pabellón municipal se rompieron", relató. "Abrí la ventana con miedo, salí a la terraza asustado, creyendo que se había hundido el suelo", apuntó Antonio San Andrés. "Mi mujer se metió debajo de la cama al oir el ruido", añadió José María Gay.

Daniel Moreno, propietario del bar Café de Sastre, también en Pinseque, se encontraba en su establecimiento en el momento de la explosión. "Al principio todos creíamos que se había caído un avión. Fuimos corriendo hasta una zona visible y al ver la nube de humo salir hacia arriba ya pensamos que todo había ocurrido en la pirotecnia. Fue como ver Hiroshima y nos asustamos", precisó.

Pueblos sin miedo

En Pinseque, Casetas, Garrapinillos y Utebo se guardó ayer un minuto de silencio a las 12.00 de la mañana, así como un día de luto. Son pueblos y barrios de Zaragoza para los que Pirotecnia Zaragoza es "un orgullo". Así lo apuntaron todos sus alcaldes. Y es que el hecho de ser entornos próximos a una empresa que realiza este tipo de trabajos "en ningún momento" ha generado miedo o incertidumbre entre los vecinos. "Nunca ha habido temor por tener una pirotecnia cerca. Al contrario, estamos contentos de que esté al lado de Garrapinillos", apuntó Luis Miguel Roda, alcalde de la localidad.

También la consternación se palpó ayer en Casetas, donde vivían varios de los fallecidos. "Todo el mundo está muy sensibilizado", dijo el edil, José Luis Román. "Jamás ha habido problemas. Pirotecnia Zaragozana supone trabajo para muchos vecinos y nunca ha habido una sensación de miedo", señaló. Román recordó que hace 40 años ya hubo una explosión en la empresa que causó varios fallecidos. "Entonces, estaba ubicada más cerca a Casetas y ya se tomó la determinación de alejarla. El hecho de que esté instalada donde ahora ya es por algo y creemos que es un entorno aislado", añadió.

José Ignacio Andrés, alcalde de Pinseque, señaló que "nunca ha habido una referencia negativa hacia la empresa" y apuntó que sienten "orgullo del reconocimiento que tiene la pirotecnia en Europa", dijo. Por último, el alcalde de Utebo, Miguel Dalmau, también lamentó el accidente. "En la vida ocurren desgracias y esta es una de ellas. Solo podemos transmitir nuestro pésame a las familias", dijo.