El PAR cambió de socio y permitió gobernar a Rudi tras las últimas elecciones. Hasta ahora, su obsesión por cuadrar las cuentas y cumplir con el objetivo de déficit han marcado una legislatura en la que la crisis y la ausencia de imaginación ha condicionado la escasa actividad política del Ejecutivo. El varapalo de no haber cumplido además el objetivo ha propiciado que la legislatura esté ya casi finiquitada. En cuanto al aragonesismo, escaso.