Lambán tenía que hacer alusiones a los partidos que le permitirán ser presidente del Gobierno. Al partido que más veces nombró fue a Podemos, con el que ha pactado un decálogo que permitirá, por ejemplo, crear la oficina contra la corrupción o un impuesto para las hidroeléctricas. Aunque tampoco se evitó algunas críticas, que al final quedaron difuminadas en sus palabras. El candidato advirtió que este "no es un pacto de legislatura ni de gobierno sustentado en el apoyo de 34 diputados". Hizo también alusiones claras a las reivindicaciones de CHA, grupo que se integrará en el Gobierno con al menos una consejería. Lambán destacó la necesidad de potenciar el acuerdo económico--financiero o la participación activa en la gestión de la Agencia Tributaria a través de "alguna fórmula de codirección". Y añadió: "No podemos resignarnos a que nos hagan Aragón desde Madrid", algo que repitió en dos ocasiones. "Hemos de aspirar a construir España desde Aragón, en pie de igualdad con el resto de comunidades".