-¿Qué le va a ofrecer a Carmen Dueso, quien le disputó el liderazgo en las primarias, en la próxima dirección del PSOE aragonés?

-No le he ofrecido a nadie nada. Lo que le he dicho a todo el mundo es que pretendo hacer una ejecutiva de integración como ha sucedido siempre en el PSOE, tratando de encontrar los acuerdos fundamentales con los líderes orgánicos de cada una de las tres provincias. Ya no reconozco sectores. Creo que es hacerle un flaco favor a Pedro Sánchez seguir reconociendo a los sanchistas. Debemos intentar que esas banderas se arríen. Vamos a integrar territorios y tratar de que los que puedan sentirse en una minoría orgánica también tengan algún tipo de presencia.

-¿Dueso no le ha pedido estar en la ejecutiva?

-No me lo ha pedido.

-¿Lo han hablado?

-Tuvimos una conversación a instancias de ella y le expliqué estas mismas razones.

-¿Ella quiere ser la candidata al Ayuntamiento de Zaragoza?

-Se lo pregunté pero me dijo que no era tiempo de hablar de ello.

-¿Cuál sería su apuesta para la alcaldía de Zaragoza?

-No tengo apuestas. Uno de mis principales compromisos en las primarias fue la de cambiar la estructura orgánica de Zaragoza. Se va a crear una agrupación municipal que sea en sí misma una instancia orgánica completa. En el sentido de que asuma todas las competencias de la ejecutiva provincial sobre fijación de políticas municipales o gestión de los mecanismos electorales para las primarias.

-¿Esa secretaría será para Florencio García Madrigal?

-No he expresado ninguna preferencia sobre quién lo tiene que dirigir. Siempre he defendido que las instancias orgánicas superiores no se inmiscuyan en las inferiores. Lo mismo le planteé a Pedro Sánchez en las primarias autonómicas. Ahora creo que he de ser coherente y no meterme en la elección de Zaragoza provincia o en la ciudad.

-Hay rumores de que Carlos Pérez Anadón va a dejar el Ayuntamiento de Zaragoza por un cargo en Expo Zaragoza Empresarial o en alguna otra sociedad en la que es mayoritaria la DGA...

-Yo esos rumones no los he escuchado. Aunque les puedo decir que he oído otros bastante más excéntricos. Pérez Anadón está ejerciendo muy bien y en circunstancias muy difíciles su cargo como portavoz y nunca me ha trasladado su intención de abandonar el puesto.

-¿Ha pasado ya su tiempo para ser el candidato?

-Eso son cosas que o decide uno mismo o los militantes.

-¿Le gustaría que el alcaldable fuera un hombre o una mujer?

-No tengo ningún tipo de preferencia.

-Es difícil entender lo que ha sucedido con Miguel Gracia, el líder socialista oscense. Tras un enfrentamiento público y notorio se le ofrece un pacto con poder en el partido.

-Las primarias son un mecanismo con sus debilidades y fortalezas. Como riesgo está la apertura en canal de la organizacion ante la sociedad. Se realiza un ejercicio de división cuando esto es lo que menos toleran los electores. Si se resuelve con rapidez los resultados son buenos. El que gana tiene que integrar y el que pierde tiene que comprometerse con el proyecto. Tras la sorpresa inicial, el haber trabajado antes juntos hace que podamos recomponer la situación con cierta facilidad.

-¿Quién será secretario/a de organización del PSOE aragonés?

-Es una gran cuestión. Ese cargo tiene que representar la renovación.

-¿Será una persona nueva?

-Sí. No será nadie de mi Gobierno. Creo que estoy en una situación inmejorable tras haber ganado las primarias, por ser presidente del Gobierno de Aragón y por la edad que ya tengo para hacer algo que alguien que no fuera presidente o que fuera veinte años más joven no podría hacer. Esto es el impulsar una renovación de verdad. ¿Quiere eso decir que pretendo prescindir de hombres y mujeres valiosos que tiene el partido? En absoluto. Lo que quiero decir es que el PSOE tiene que abrirse a la sociedad aragonesa y eso no se puede hacer si no se acomete una renovación de verdad. Eso supone incorporar a gente que ha demostrado su valía y su compromiso para servir al partido y a la gente.

-¿Por qué la inmensa mayoría de militantes de Huesca no le votaron a usted?

-Porque Miguel Gracia tiene una gran capacidad de convicción.

-¿Solo por eso?

-Creo que fundamentalmente sí. Es posible que haya habido algún malentendido por la gestión del Gobierno. Pienso que en mi gestión el Altoaragón ha sido todo lo bien tratado que nuestros recursos nos permiten. Quiero pensar que por alguna razón no ha habido una buena comunicación. Trataré con los tres territorios que sea mejor que hasta ahora.

-¿Es verdad que hubiera convocado elecciones autonómicas si no hubiera salido reelegido líder del PSOE o era solo un farol?

-Nunca respondí a esa pregunta antes ni lo haré ahora. No obstante voy a decir una cosa. Lo que ustedes deducían de mis palabras era verdad [risas].

-¿Con la visita de Pedro Sánchez de este domingo firman la paz definitivamente?

-¡Pero si yo nunca he hecho la guerra con Pedro Sánchez! A veces tengo arranques de vehemencia propios de mi edad. Sin embargo, por cada pulla que lancé recibí 25. Ya he hice saber a Sánchez que por mi parte el conflicto se había terminado y que ahora le tocaba recomponer.

-¿Por qué se lleva tan mal con Pedro Santisteve?

-No me llevo mal. Hubo un tiempo inicial en el que la relación no fue óptima. Pero me jacto de haber reconducido la situación. Desde el punto de vista personal se ha superado cualquier conflicto. Y desde el punto de vista político e institucional hemos logrado un acuerdo muy relevante como la ley de capitalidad.

-¿Saldrá en esta legislatura?

-Se aprobará en pocas semanas. Y toda la dotación económica prevista para el año 2017 el Ayuntamiento de Zaragoza la ingresará antes de Navidad.

-¿Qué pasará con el ICA?

-Es un impuesto que no he aprobado yo. Lo he heredado. Tiene unos acuerdos y unos tiempos de aplicación que también he heredado. Tengo el compromiso con Podemos de analizar su impacto y también de renovar, modificar y cambiar su gestión.

-¿Cree que es injusto para los zaragozanos tal y como está planteado hasta ahora?

-Injusto no es la palabra. Cuando se habla que los zaragozanos tienen que pagar doblemente se confunde a la opinión pública de forma deliberada. Los zaragozanos por el hecho de haber pagado su depuradora estuvieron exentos de cualquier pago hasta el 2016. En ese momento se consideró que ya estaban compensados y que el impuesto se tenía que aplicar. Y eso se hace con una amplia bonificación. Además, se dijo que una buena parte de la recaudación se reinvertiría. Es un impuesto ecológico acorde con la fiscalidad recomendada por la UE y que se paga en todas las comunidades de una forma u otra. Ahora bien, que sea mejorable o matizable puede ser. En eso estamos de acuerdo. Y tenemos un acuerdo explícito para proceder a ese replanteamiento.

-¿Cree que a Zaragoza se le ha tratado históricamente mal desde el Gobierno de Aragón?

-No me atrevería a decir eso. Entre otras cosas porque cuando Zaragoza ha vivido su momento de mayor esplendor inversor y de prestigio internacional, durante la Expo del 2008, tanto los fondos del Gobierno de España como del de Aragón fueron consecuencia de un acuerdo político. En aquel momento, entre José Luis Rodríguez Zapatero y Marcelino Iglesias. Y atenciones específicas a Zaragoza como las que está haciendo mi Gobierno no las ha habido nunca. Por eso a veces digo que desde la DGA estamos haciendo más por los zaragozanos que el propio ayuntamiento.

-¿En qué va a cambiar su relación con el nuevo líder de Podemos, Nacho Escartín?

-En algo que puede parecer irrelevante, pero es fundamental: ahora se puede hablar. No lo digo metafóricamente. Con Echenique era materialmente imposible hablar. Con Escartín de momento hemos empezado hablando con normalidad. Tenemos clara que la colaboración entre la izquierda es clave si queremos mantener el Gobierno en el 2019.

-¿Existe un calendario de negociación de presupuestos?

-Vamos a intentar empezar la semana que viene. Coincidimos en que tenemos que poner toda la carne en el asador para lograr un acuerdo. Unos presupuestos en mayo no son el mejor escenario posible.

-¿Estarán antes de fin de año?

-A estas alturas es imposible que estén aprobados antes de fin de año. Pero en esa fecha tenemos que tener unas cuentas más o menos acordadas.

-¿La crisis catalana ha hecho a España más de derechas?

-Hay cierta reactivación del sentimiento de unidad. Pero necesariamente no debería ser una inclinación a la derecha. Me he desgañitado diciendo que la idea de la unidad de España como un gran país no se la podemos dejar a la derecha. Sería una victoria póstuma del franquismo. La tradición de la izquierda siempre ha sido defender España como un ámbito de solidaridad en el que los territorios ricos aportan para el sostenimiento de los pobres.

-¿Teme que su apoyo rotundo al PP y Ciudadanos en la aplicación del 155 le aleje de sus socios de Gobierno?

-Creo que no. Estamos tomando acuerdos importantes desde que empezó la legislatura. Ya sabíamos que en algunos asuntos había discrepancias. Están acotadas para que no supongan un obstáculo. CHA tampoco ha hecho una exhibición de discrepancias sobre las decisiones que ha tomado el Gobierno de España, aunque es lógico pensar que un partido de su corte ideológico pueda tener algún reparo. Además, por el momento no ponen en entredicho la unidad de España.

-¿No ve ningún problema estar coaligado con un partido que defiende el derecho de autodeterminación de los pueblos?

-Si CHA trajera al Gobierno tomar la decisión de plantear la autodeterminación de Aragón o pidiera el derecho a decidir me da la impresión que el Gobierno se acabaría en dos minutos. Pero estoy convencido de que CHA no va a hacer eso. Entre otras cosas porque CHA no cuestiona lo sustancial de la Constitución aunque esté a favor de una remodelación de la misma. Creo que está siendo más plácida la convivencia entre CHA y el PSOE que entre el PP y el PAR.

-¿Aquello de la nación de naciones aún está en vigor para usted dentro del PSOE?

-Los socialistas cuando empezamos a hablar de naciones nos metemos en un jardín. Estamos convencidos de que ser nacionalistas y de izquierdas entraña contradicciones de difícil solución. No obstante, con esa idea Pedro Sánchez trataba de poner en circulación un concepto de nación que pusiera alguna satisfacción a Cataluña. Pero tenía claro que la aplicación práctica de ese concepto no podía entrañar diferencias entre territorios. Eso se mantiene ahora. La solución al conflicto no puede traer diferencias entre comunidades.

-¿Han salido reforzados Mariano Rajoy y Pedro Sánchez?

-En las situaciones de crisis un gobierno que actúa bien tiende a fortalecerse. Creo que el Gobierno de España ahora lo ha hecho bien frente a algunas decisiones del pasado. Y creo que el PSOE ha estado a la altura de las circunstancias negociando una aplicación del 155 que causara el menor quebranto posible. Sánchez se ha revelado como un hombre de Estado.

-¿Por qué Aragón tiene tan poco protagonismo teniendo en cuenta que 400 kilómetros de la frontera son con nuestro territorio?

-He hecho todo lo que he podido con el Gobierno de España y la dirección de mi partido. He promovido iniciativas como la exposición Dicen que hay tierras al Este. Y he tratado por todos los medios de que se abra la mesa del diálogo a todas las comunidades. A largo plazo el conflicto va a permanecer durante mucho tiempo entre nosotros. Y la solución no puede quedar en manos de los políticos de Madrid o Barcelona. Estamos hablando de rediseños que van a afectar a toda España. Aragón puede aportar puntos de vista que, por razones de proximidad e interés, no pueden aportar otras comunidades. Aunque lo cierto es que no se ha podido ir más lejos porque no existen espacios de diálogo.

-¿Han hecho algún cálculo de lo que Aragón puede perder económicamente con esta crisis?

-Hemos puesto en marcha el observatorio de coyuntura para ir adelantando lo que pueda ir ocurriendo. Hoy yo soy menos pesimista que hace diez días. Pero por lo que veo la aplicación del 155 se ha hecho lo suficientemente bien al comprobar que las cosas están mejor de lo que era previsible. A partir de ahí se tomarán las medidas que sean posibles. Hacer una cálculo pensando que esto puede hacer una oportunidad es hacernos trampas a nosotros mismos. Empresas catalanas han estado viviendo desde hace tiempo, pero sin relación con el independentismo. Espero que si la situación política se normaliza esa especie de sangría que están viviendo se detenga inmediatamente. Si a las empresas catalanas les va mal a las aragonesas a las que les compran o les venden también les irá mal.