Con un año y medio ha bastado para dejar cualquier posibilidad de acuerdo de gobernabilidad vacío de contenido. Los votos socialistas a permitir el outlet de Pikolín en la carretera de Logroño frena de forma considerable cualquier posible acercamiento en las próximas fechas. Ya no por una cuestión de voluntad sino porque ahora, sin proyectos estrella de Zaragoza en Común (ZeC) a los que llegar al entendimiento, el posible pacto se queda completamente vacío de contenido. El escenario a nivel nacional, después de lo que suceda mañana en la sede socialista de Ferraz, está por ver si torna los objetivos de estabilidad en revancha y asalto al poder municipal. En el Gobierno municipal ya hay quien así lo augura.

La posición del PSOE en el debate sobre el outlet venía marcada desde hace ocho años, cuando el entonces Ejecutivo autonómico que dirigía Marcelino Iglesias consiguió que el dueño de Pikolín e Iberebro, Alfonso Soláns, accediera a elegir Plaza para sus nuevas instalaciones. A cambio, el entonces responsable de Urbanismo, Carlos Pérez Anadón, rubricó un compromiso que hoy, ocho años después, ha tenido que cumplir: permitir albergar más usos que los industriales en ese punto kilométrico 6,5 de la N-232. Esta vez, junto a PP y C’s quiso ir más allá, permitiendo que la operación del plan especial, le saliera gratis, pero los servicios jurídicos municipales le han demostrado que no todo vale.

EMPAÑADO

Al final, la iniciativa de los huertos se ha demostrado un parche, fácilmente renunciable cuando la legalidad le obliga a pagar. Eso no empaña su victoria política sobre el Gobierno de Pedro Santisteve, de nuevo apoyada en el PP y C’s. Pero sí emborrona un pacto fiscal para recaudar con el IBI un poco más de las grandes empresas comerciales. Casi 2,8 millones de euros más, lo mismo que se le pretendía perdonar al dueño de Pikolín.

Aún así, en el ayuntamiento cada vez preocupa menos el día después de ver al PSOE votando con la derecha otro fiasco de las aspiraciones del Gobierno. Ya ocurrió con las ordenanzas fiscales el año pasado y se parcheó después apoyando el presupuesto. Y esta vez ocurre algo similar: apoyo al outlet intentando no recaudar esos 3 millones de euros por la cesión del 10% del aprovechamiento, y carta blanca con muchos matices a elevar la presión fiscal a las empresas que más facturan.

Difícil será que retomen las negociaciones PSOE y ZeC a pocos días de que se celebre el debate sobre el estado de la ciudad y, casi a la par, la investidura de Mariano Rajoy en Madrid. Porque proyectos como la municipalización de servicios conservar Averly ya no están en discusión. y porque fotos a tres como la del pasado viernes (los socialistas con PP y C’s), entre ZeC, PSOE y CHA nunca se dan, tampoco se hizo con el pacto fiscal.