Será la militancia de Podemos en Aragón la que tome la decisión de seguir apuntalando el Gobierno PSOE-CHA o apueste por una oposición más dura. Pero el secretario general del partido, Pablo Echenique, les pidió ayer que tomaran «nota» del voto emitido por el presidente Javier Lambán en el comité federal del pasado domingo. El entente cordial entre las fuerzas de izquierda está pendiente de un hilo, especialmente después de que la portavoz adjunta de Unidos Podemos en el Congreso de los Diputados, Irene Montero, pusiera en cuestión los pactos de investidura en las comunidad en las que los morados apoyan a los socialistas. «Sus prioridades no pasan por defender los intereses de las clases populares», afirmó.

Echenique criticó ayer la decisión tomada por Lambán al entender que un nuevo gobierno de Mariano Rajoy dificultará muchas de las reivindicaciones de la comunidad, como la reapertura de las comunicaciones fronterizas por Canfranc o la financiación de la sanidad pública, las infraestructuras educativas o la dependencia. «Apoyará un Gobierno antagónico con los intereses de Aragón», sentenció.

Echenique también lamentó que Lambán únicamente ejerza como aragonés «cuando está en su despacho» y que muestre una cara distinta en sus viajes a Madrid. «Ha entrado en barrena al apoyar al candidato de los papeles de Bárcenas», aseguró.

En clave interna recordó que en las últimas votaciones en las Cortes de Aragón el PSOE ya ha recibido el apoyo de los populares. «Hemos visto cómo han cambiado el presupuesto sin necesitar nuestra ayuda», indicó. Por este motivo aseguró que no tienen previsto sentarse próximamente a negociar las cuentas del año que viene. «Creo que el PSOE está cada vez más cerca del PP y más lejos de Podemos por lo que cada vez es más difícil que nos podamos poner de acuerdo en las políticas que Lambán quiere sacar adelante», reconoció.

Diálogo a cuatro

El coordinador general de Izquierda Unida, Adolfo Barrena, reclamó un debate más sosegado ante una situación que «preocupa» a la coalición. «El PSOE ha decidido facilitar cuatro años más del partido que más daño le ha hecho a la clase trabajadora y a los servicios públicos», manifestó.

En todo caso, Barrena se mostró partidario de analizar las consecuencias inmediatas en Aragón con mayor calma y siempre en el contexto del acuerdo a cuatro que permitió la investidura. «Queremos centrar el debate en los intereses de la ciudadanía y saber si en Aragón todavía se pueden hacer políticas de izquierdas», reconoció.