La abstención a Mariano Rajoy en una investidura a la Moncloa complicará en las próximas semanas la relación del PSOE con sus socios en Aragón, especialmente con Podemos. Pero también CHA, que forma parte de la DGA, o Izquierda Unida, se han mostrado públicamente favorables a replantear la actual situación si el Partido Popular sigue gobernando cuatro años más. La secretaria de organización, Pilar Alegría, recordó ayer que la decisión tomada en el Comité Federal no debería suponer un cambio en la gobernabilidad autonómica al destacar que la aritmética de los pactos es completamente distinta. También señaló que las comunidades autónomas tienen transferidas responsabilidades en políticas sociales que deben seguir en manos de la izquierda. «No se comprendería un ruptura en este momento», afirmó.

Por su parte, el líder de Podemos en Aragón, Pablo Echenique, mostró su disconformidad con el papel jugado por el presidente Javier Lambán en la crisis del partido. «Ha entrado y salido de Ferraz por el garaje y no ha querido ni intervenir en el comité ni dar declaraciones a los medios de comunicación, es el silencio de la vergüenza», escribió en un duro texto publicado en su muro de Facebook que terminaba con una advertencia: «Tomamos nota».

El PSOE aragonés participó con nueve delegados en la reunión en la madrileña calle de Ferraz. Ni Carlos Pérez Anadón, que dimitió de la Ejecutiva para forzar la salida de Pedro Sánchez, ni Susana Sumelzo, que dejó su cargo al ponerse en marcha la gestora, estuvieron presentes en la cita.

Sin intervención

Lambán rechazó participar en el encuentro para fijar la postura de la delegación, una decisión que también tomaron los presidentes de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page,y de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig. La portavocía de la agrupación fue ejercida por el oscense Víctor Morlán, ya retirado de la política activa. Alegría reconoció que el debate interno había sido «intenso y complejo», aunque llamó a «aceptar y respaldar la voz de la mayoría».

Por su parte, el senador socialista por designación autonómica, Marcelino Iglesias, destacó que todo el mundo pudo «explicar lo que pensaba» y que se había logrado «un resultado claro».

El turolense Simón Casas, que fuera director general de Transportes durante el mandato de Iglesias, fue el único miembro aragonés que votó la opción del no a mantener a los populares en el poder. Sin embargo, será la diputada por Zaragoza, Susana Sumelzo, la que haga visible esta discrepancia con su voto en contra en el Congreso de los Diputados rompiendo la disciplina del partido. Ayer publicó en sus redes sociales su voluntad seguir siendo «coherente» con sus principios y con los votantes. «Adquirí un compromiso y lo cumpliré», manifestó tras reconocer que ayer fue «un día triste para muchos socialistas» que siguen pensando que su ideario «es incompatible con la política del PP».