Antonio Antón, jefe del Servicio de Oncología Médica del hospital Miguel Servet, habló ayer del cáncer de mama y de su investigación en Aragón durante los últimos 20 años con humildad. Sin ensalzamientos ni alabanzas, Antón esbozó los avances y el trabajo de un equipo de profesionales que solo tiene un objetivo: curar la enfermedad. Se le olvidó decir que el Servet es uno de los mejores diez hospitales de España para el tratamiento del cáncer de mama y que él tiene mucha culpa de ello. «Antonio no lo va a decir, pero ya lo hago yo: el hospital es un referente», dijo su colega Miguel Martín, presidente del grupo español de investigación de esta patología.

Por ello, el centro participa actualmente en dos estudios pioneros, cuenta con los últimos avances en tecnología y aplica técnicas como la radiología intraoperatoria desde el año pasado, que permite que en una misma sesión quirúrgica se extraiga el tumor y se administre también la radioterapia. Y aunque el resto de hospitales de Aragón tienen consultas de oncología de mama, el Servet se lleva la palma. De hecho, el 50% de las pacientes de Aragón se tratan en este hospital.

Antón dijo que el cáncer es «muy listo y se las sabe todas», pero «llegará un día en que se acabará con la enfermedad», añadió. «No sé si llegaré a verlo pero creo que en algún momento será posible», subrayó. Todo pasa por la investigación. Y no hay investigación sin financiación.

«Con la crisis se la ha relegado y la capacidad económica de la Administración en España es mínima. Además, no hay costumbre de que haya filántropos y la ley de mecenazgo está aparcada», lamentó el doctor aragonés. Y añadió que «cuando se ven los Presupuesto Generales del Estado uno se queda patidifuso. Con lo que supone la compra de un avión militar daría para mucho en investigación», reclamó Antón.