«Tendrías que haber venido en tren». Esta es una de las pocas reivindicaciones de la provincia de Teruel que pudo escuchar ayer de cara el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su corto paseo por el centro de la ciudad. La Policía Nacional se encargó de mantener muy alejados del dirigente popular a los pequeños grupos de ciudadanos descontentos que se acercaron a la plaza San Juan para intentar hacerse oír.

Los más impulsivos fueron los amigos del agricultor José Luis Iranzo, asesinado a mediados de diciembre en una casa de campo en el término municipal de Andorra. El colectivo exige explicaciones ante lo que consideran un fallo garrafal en la seguridad rural. «Hay más policías aquí que cuando mataron a nuestro colega», lamentaron.

Durante el breve paseo entre la antigua sede del Banco de España y la plaza del Torico intentaron acercarse al presidente para trasmitir sus quejas. «Mariano, ¿te podemos hacer una pregunta?», le dijeron con dureza. Rápidamente fueron alejados el equipo de seguridad. Al parecer, solo era momento para saludos afectuosos y de fotografías.

Más moderado se mostró un grupo de jubilados que reclamó el aumento de sus asignaciones. «Más pensiones y menos ladrones», gritaban. Aunque antes de la llegada del presidente ocuparon el centro de la plaza, poco después fueron relegados a un rincón bajo los porches. Desde allí, a lo lejos y con el frío que hacía, era más difícil hacerse escuchar. Otro vecino se acercó al dirigente cuando entraba en el bar Avenida para tomar el vermut. «De Mariano a Mariano, arrégleme la carretera de mi pueblo», le dijo.

Pocas más críticas tuvo que observar Rajoy a partir de ese momento. «Presidente, presidente» fue el lema que más se escuchó en la calle Ramón y Cajal. «Tengo fotos con Soraya Sáenz de Santamaría y con Felipe VI, ahora me tenía que hacer una con él», expresó María Arad, camarera en un restaurante próximo. Como era la hora de salida de los colegios la calle se llenó de escolares. Formaron dos amplias filas entre las que pasó el dirigente firmando autógrafos. «Qué vergüenza, voy a salir en todas las teles», advirtió una estudiante.

Rajoy estuvo escoltado en todo momento por el presidente del PP en la comunidad, Luis María Beamonte; la alcaldesa de la ciudad, Emma Buj; el delegado del Gobierno, Gustavo Alcalde; el presidente de PAR, Arturo Aliaga, así como destacadas figuras políticas y empresariales de la zona. Comieron en un restaurante de la plaza del Óvalo para luego tomar un avión de regreso a Madrid desde el aeropuerto de Caudé, una instalación cuyas instalaciones había visitado previamente.

La coordinadora Teruel Existe lamentó en un comunicado la falta de compromisos firmes con las comunicaciones en la provincia.