El presidente de la Fundación DFA, José Miguel Monserrat, recogió la Medalla de las Cortes de Aragón resaltando el orgullo que supone que se la hayan concedido por unanimidad el parlamento más plural de la historia de la Comunidad.

Aprovechando tal auditorio representativo, Monserrat aseveró que las personas con discapacidad física tienen derecho al libre desarrollo de sus capacidades, queremos sentirnos ciudadanos en plenitud. "Tenemos una discapacidad, no somos discapacitados", recalcó, antes de resaltar los cuatro pilares sobre los que sustenta el modelo de trabajo de DFA: colaboración, diálogo, pacto y participación. Recordó la historia de la fundación, creada hace 40 años siguiendo la estela de distintos grupos sociales que nacían en Europa para reivindicar una mejor accesibilidad para las personas con discapacidad, y aprovechó la entrega del premio para agradecer el trabajo realizado a todas las personas que han pasado por DFA y los empleados que se encuentran en ella.

Asimismo, se dirigió al Ejecutivo para decirle que tienen un "socio", eso si "exigente". DFA atiende cada año a más de 15.000 personas en su red de servicios y este año celebra su 40 aniversario trabajando por la plena integración de las personas con discapacidad. Cosculluela se basó en ello para destacar que este colectivo era el "merecedor" de la distinción.