Competidor directo del mercado vacacional español, el sector turístico turco no está teniendo su mejor año. Las fabulosas playas, asombrosa naturaleza y monumentos sin parangón de Turquía están experimentando esta temporada un notable descenso del número de turistas, a merced de la inestabilidad política y el aumento de la violencia en el país eurasiático.

Solo en los primeros siete meses del 2015, Turquía recibió medio millón de turistas menos procedentes de Rusia que en el mismo periodo del año anterior. La devaluación del rublo es una de las causas que la Asociación de Hosteleros del Mediterráneo (AKTOB, en sus siglas turcas) atribuye a este descenso. El caso es especialmente sangrante en la provincia sureña de Antalya, en el Mediterráneo oriental, que aglomera varios complejos hoteleros de lujo y es destinataria de un tercio de los viajeros que visitan territorio turco. En los dos principales aeropuertos de la citada región (que tiene 657 kilómetros de costa y una ciudad patrimonio de la Unesco, Janto) el número de visitantes ha caído hasta el 6% entre el 1 de enero y el pasado 15 de agosto.

El presidente de la Asociación de Inversores y Hoteles Turísticos (TUROB), Timur Bayindir, se teme que la tendencia empeore en lo que resta de verano. "Esperamos ver descensos muy significativos en las cifras oficiales de julio y agosto", señaló Bayindir, en declaraciones al diario local Hürriyet. "Según nuestros cálculos, Turquía cerrará el año con un número menor de turistas que en el 2014O, anticipó el empresario. "Y parece improbable que vayamos a ver solo una caída de un solo dígito en la situación actual". Bayindir se refería en parte a la violencia que vive a diario el país tras la ruptura de la tregua, el mes pasado, entre Ankara y la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y que por el momento ha dejado 55 muertos entre las fuerzas de seguridad y 771 en las filas kurdas, según la agencia estatal Anadolu.

A principio de este mes, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, consideró que ni esta circunstancia, ni la amenaza del Estado Islámico, afectarían al turismo. "Cuando cayó el número de turistas rusos, el de alemanes lo compensó de sobra. Y también está el hecho de que los turistas que vienen a Turquía gastan ahora más dinero", celebró. Los dos países que más turistas aportan a Turquía son Alemania y Rusia. "Quizá haya algunos problemas a corto plazo --aventuró el mandatario-- que el país superará si tiene lugar un sano traspaso de poder". Sin embargo, esto no ha sucedido, con el primer ministro, Ahmet Davutoglu, incapaz de acordar un Ejecutivo de coalición y el reciente anuncio de elecciones anticipadas para noviembre, ya que las del 7 de junio no concretaron gobierno alguno.

Esta caída del turismo ha forzado al Ejecutivo de Ankara a maniobrar para tratar de minimizar los daños: el pasado jueves, el primer ministro anunció que el inicio del curso académico se pospondría en dos semanas, del 14 de septiembre al 28, contentando así al colectivo hostelero. De este modo, queda incorporada al periodo vacacional la Fiesta del Sacrificio (Eid al-Ahda), que este año es del 24 al 27 de septiembre, con lo que los turistas locales tendrán más tiempo para viajar. Los alcaldes de tres importantes ciudades turísticas habían solicitado a mediados de agosto el retraso del curso. "Esto beneficiará al turismo nacional y a nuestra economía, y ofrecerá una recuperación parcial a las empresas turísticas", afirmaron.

Asimismo, el Ministerio de Turismo decidió ampliar el subsidio al combustible para turoperadores desde el 15 de septiembre hasta el 30 de noviembre.