Aragón logra diagnosticar cada año sordera profunda a una media de seis niños gracias al programa de detección precoz, implantado en el 2002. Una vez diagnosticados, el objetivo es trabajar la estimulación auditiva de estos pequeños para que el implante coclear que reciban antes de los dos años y medio sea un verdadero éxito. Y es que ése es el límite temporal que se ha marcado el equipo de implante coclear de Aragón, que dirige el jefe de Otorrinolaringología del hospital Clínico, Héctor Vallés, por considerarlo el más idóneo. "Lo mejor es que hacia los dos años, ese niño --diagnosticado de forma precoz y con el que se ha trabajado para que no mueran sus áreas cerebrales destinadas a la audición-- reciba el implante coclear. Está comprobado científicamente que los resultados no son iguales si el implante se realiza más tarde, sobre todo en niños que nacen con sordera profunda. El cerebro no sabe estar ocioso y si las zonas cerebrales dedicadas a la audición no escuchan un sonido antes de los dos años se dedican a otras cuestiones, como el tacto, la visión y eso niños caen en la mudez".

Este límite temporal será sin duda uno de los motivos de debate en las primeras Jornadas de Intercambio y Actualización del Implante Coclear en España, y que desde ayer se celebra en el Monasterio de San Benito de Calatayud. El prestigio y la calidad asistencial que ha alcanzado el programa de implante coclear de Aragón ha permitido que la comunidad sea la anfitriona de este evento científico en el que participan más de 60 cirujanos de todo el país.

La principal novedad radica en que es la primera reunión en la que solo participan cirujanos de los 25 centros de implante coclear de España y en la que se va a analizar y a poner en común las distintas técnicas quirúrgicas, los resultados de los programas de detección precoz y las diferencias en cuanto a la rehabilitación posterior.

Desde el año 1994, el programa de Implante Coclear ha intervenido a 120 personas con sordera, entre adultos y niños, gracias al implante coclear, un dispositivo que transforma los sonidos en señales eléctricas que estimulan el nervio auditivo. El éxito de esta intervención es total, gracias al programa pionero llevado a cabo por el servicio de Otorrinolaringología del hospital Clínico de Zaragoza, dirigido por el doctor Héctor Vallés. "No sólo atendemos a niños muy pequeños. Hay que tener en cuenta que la sordera como enfermedad sobreviene cada año a entre 15 y 60 niños menores de cinco años, que habían nacido sanos. También operamos a adultos, que por envejecimiento o enfermedad padecen trastornos auditivos graves", apuntó el especialista, que es profesor de la Universidad de Zaragoza.

El trabajo terapéutico tiene su continuidad con los programas de rehabilitación auditiva, vocal y cognitiva que se imparten en el colegio La Purísima para niños sordos, que permiten la integración educativa del 75% de los niños mayores de 6 años que se someten a un implante coclear.