Desde las once de la mañana de ayer, varios operarios pintaban el suelo y marcaban con cinta aislante el lugar que ocupará la nueva señalización de los carriles que bordean la estación Delicias. "Si el tiempo lo permite, intentaremos que las vallas que separarán los carriles de bus, taxi y turismos estén colocadas mañana a mediodía (hoy para el lector). Cuando las obras estén listas, los coches particulares no podrán aparcar como ahora", explicó Luis Enrique Martínez, delegado de zona de Aplicaciones de Pinturas, la empresa encargada de los trabajos.

La Policía Local supervisó los trabajos todo el día mientras un inspector de TUZSA se encargó de informar a los viajeros recién llegados de las dos nuevas líneas de autobús urbano que se pusieron en marcha el pasado viernes y que conectan la estación con el Actur y con la plaza San Francisco. "Es un servicio nuevo y la gente todavía no lo conoce", explicó el inspector.

Junto a él, una pasajera se quejaba por la coincidencia de denominaciones. A la estación llega el autobús 51 y las dos nuevas líneas se llaman 51E. "Ahora nos vamos a tener que fijar bien en cada cartel para no equivocarnos", comentaba.

Las nuevas rutas, en principio, y según comentó un técnico del Ayuntamiento de Zaragoza, funcionarán todos los días hasta que termine la Navidad. Saldrán a las 9.20 horas de la mañana y tendrán frecuencias de entre cinco y diez minutos.

Para otros, la iniciativa ha sido un gran paso. "Me parece muy bien. Es una alternativa de transporte para gente que no tenga muchos recursos y trabaje en la estación o venga mucho. Si siempre hubiera que ir en taxi sería una ruina", señaló Pilar, otra pasajera.

Alrededor de los obreros y las escasas personas que esperaban en la parada de autobús se concentraban corrillos de taxistas. En todos se comentaba lo mismo. "La gente se queja de que no hay taxis y de que tiene que esperar para coger uno. Pero, ¿qué vamos a hacer si llega un tren con 300 pasajeros? ¡Ni todos los taxis de Zaragoza serían suficientes para trasladarlos!", exclamó Antonio, un taxista.

"Intentamos que siempre haya taxis. Nos vamos avisando para que el servicio sea suficiente y nadie se quede sin coche", explicó Andrés, otro taxista.

Durante los últimos días se ha criticado la propuesta de los conductores de cobrar un plus de unos cuatro euros por estacionar en la estación a la espera de los viajeros. "Estar aquí no es rentable. El único suplemento cobramos ahora es de 71 céntimos. La gente se queja de que hay que esperar pero no tienen en cuenta que yo, por ejemplo, llevo esperando más de media hora sin cobrar ni un duro", comentó Javier. "Nosotros también tenemos que vivir", espetaban sus compañeros alrededor.

Mientras tanto, alrededor de los corrillos, los operarios continuaban marcando el pavimento, sufriendo el frío de diciembre y sin haber almorzado.