Hora: aproximadamente las nueve y media de la mañana. Lugar: la Feria de Muestras de Zaragoza. Hasta allí se dirigieron más de 7.000 musulmanes residentes en la capital aragonesa y aledaños para celebrar la Fiesta del Sacrificio del Cordero, una de las más importantes del calendario musulmán.

"Lo primero es hablar de religión, de la educación, de la paciencia que todo musulmán debe tener...". Así explica Bilal, un joven que lleva cinco años en Zaragoza, el inicio de esta tradición religiosa. "Después, se mata el cordero, aunque no ha de ser necesariamente hoy", agrega Bilal jovialmente. Una celebración que dura cuatro días y que, además de sacrificar y cocinar, consiste en reunirse con la familia. "También solemos invitarnos unas familias a otras, para compartir la alegría y la compañía", explica este joven en un castellano bastante correcto. Quizás porque procede de Tánger --excolonia española--.

Ayer, los más de 7.000 musulmanes acudieron a la Feria de Muestras a realizar esta oración colectiva postrados en dirección a La Meca. "En las mezquitas no hay sitio suficiente", explica Roussaila, una mujer que ha acudido a la ceremonia con Bilal.

Afluencia masiva

Hasta el recinto se trasladaron los musulmanes en 18 autobuses de 70 pasajeros (facilitados por la Comunidad Islámica de Aragón y la Unión de Comunidades islámicas de Aragón) además de en coches particulares, protagonizando un auténtico despliegue de medios que sorprendió al presidente de la Unión de Comunidades Islámicas, Famaz Nahhas. "Pensamos que muchos correligionarios se habrían marchado a Marruecos estas fiestas", explica Nahhas, que aseguró que la oración colectiva había discurrido "con total normalidad"

Tal cantidad de fieles abarrotados en el pabellón número dos de la feria contribuyó a contrarrestar un poco el frío extremo de la mañana durante la media hora que duró la oración. Las palabras del imán resonaron solemnes entre las paredes de la nave, acaparando toda la atención de los presentes.

El sacrificio del cordero sigue una liturgia que determina los pasos que hay que dar en un orden preciso. El animal estará tumbado por su lado izquierdo y mirando en dirección a la ciudad sagrada. La persona encargada de degollarlo deberá ser siempre un hombre adulto y ejecutará la maniobra con un cuchillo. Los niños están excluidos de la ceremonia. "No es algo agradable", apunta elocuentemente el joven tangerino.

El degüello del cordero es una celebración en memoria de Abraham, personaje bíblico al que Dios probó pidiéndole que matara a su hijo. La tradición cuenta que antes de que Abraham ejecutara el mandato de Dios, se le apareció un ángel y se lo impidió. En acción de gracias, Abraham sacrificó un cordero. Esta es la segunda celebración más importante tras la del Ramadán y se produce un día después del inicio de la peregrinación a La Meca.

"Ahora todo el mundo nos vamos a nuestras casas, a preparar el sacrificio que se realizará en mataderos pequeños" , explica Bilal excitado. "Lo primero que se hace con la carne son guisos y después, pinchos", añade, aunque para esto del yantar ya no hay protocolos.