Una mujer de 50 años recibirá 75.000 euros de indemnización por parte del Salud por no diagnosticarle durante siete meses un cáncer de cérvix, a pesar de tener síntomas que apuntaban hacia esa dirección. La afectada, identificada como O. L. Z., está siendo tratada con quimioterapia y radioterapia y recibirá la citada cantidad tras un acuerdo con el Gobierno de Aragón a través de los servicios jurídicos de El Defensor del Paciente en la comunidad.

Todo comenzó en enero del pasado año, cuando la afectada acudió al servicio de Urgencias del hospital Miguel Servet de Zaragoza por una fuerte hemorragia vaginal. Allí le detectaron un mioma y un quiste. Seguidamente, la remitieron a Ginecología de su centro de salud. Allí, tal y como informó el letrado de El Defensor del Paciente, Ricardo Agoiz, transcribieron los datos del informe de Urgencias sin practicar otras pruebas complementarias ni exploraciones. Simplemente, le recetaron pastillas reguladoras de la función hormonal durante tres meses y, cuando este periodo concluyó, para otros tres más.

En abril la paciente volvió a la consulta de Ginecología de su ambulatorio por la persistencia del sangrado vaginal. Solo le modificaron el tratamiento. Un mes más tarde, la afectada volvió a acudir a Urgencias del hospital Miguel Servet porque los síntomas continuaban y por padecer fuertes dolores en la parte inferior del vientre. A partir de entonces se le realizaron distintas pruebas y se llegó a un diagnóstico definitivo: un cáncer ya desarrollado de 8 x 6 x 4 centímetros. Como consecuencia de ello, fue operada en julio, tratándola seguidamente con quimioterapia y radioterapia.

Tras estos hechos, la paciente interpuso el 24 de julio una reclamación de responsabilidad patrimonial en vía administrativa. De la investigación resultó que es "evidente" la ausencia de pruebas que hubieran permitido que el tumor se detectase con antelación. Por eso se considera que hubo "una pérdida de oportunidad", que motivó después la necesidad de un tratamiento más intensivo.