Dos pequeñas localidades zaragozanas, Villar de los Navarros y Cubel, ambas en la comarca del Campo de Daroca, han conseguido que la luz solar les ayude a llevar agua de boca a los hogares de sus vecinos. A través del bombeo que se genera gracias a los campos fotovoltaicos que tienen, con una superficie, en cada caso, de cien metros cuadrados y 60 placas de 236 vatios por unidad y una potencia de 14,20 kilovatios. Una singularidad que se ha traducido en un importante ahorro para sus arcas municipales.

En el 2012 el Ayuntamiento de Villar de los Navarros tenía intención de electrificar la toma del abastecimiento de agua para consumo humano. Con una captación desde un pozo, a unos cuatro kilómetros del casco urbano y agua de calidad a 60 metros de profundidad. Desde el 2006 funcionaba y el agua se elevaba por medio de un grupo electrógeno de gasoil, con un mantenimiento diario y consumo energético con un coste muy elevado. El ayuntamiento, si apostaba por una línea eléctrica aérea convencional en media tensión le hubiese supuesto un gasto de 265.000 euros, una cantidad inviable para el municipio. Así, a finales del 2012, el Instituto Aragonés del Agua (IAA) decidió plantear la solución de las placas solares y concederle una subvención de 43.000 euros para una instalación que costó algo más de 50.000. Hoy el ayuntamiento ya se está ahorrando unos 12.000 euros al año, al no pagar gasoil ni mano de obra.

El caso de Cubel, cerca de Daroca, es similar. La localidad cuenta con un censo de algo más de 180 vecinos (100 en el caso de Villar pero que llega a los 400 en verano), pero que puede alcanzar los 600 en fechas señaladas. En su caso, una línea eléctrica convencional le hubiera costado 300.000 euros. Finalmente, el coste del campo fotovoltaico fue de algo más de 60.000 euros, en unas obras que fueron financiadas también por el IAA, liberando al consistorio de cualquier desembolso para sufragar las operaciones de bombeo del agua y para consumo de energía.