La Asociación de Vecinos de Las Fuentes ha conseguido que la capilla del antiguo reformatorio del Buen Pastor, enclavada en el parque Torre Ramona y siendo uno de los símbolos más emblemáticos del distrito, pase a ser intocable por la piqueta. Hace solo unos años estuvo a punto de ser demolido pero desde ayer forma parte del listado de edificios de interés histórico artístico de Zaragoza, con el grado de interés arquitectónico, que lo blinda para siempre, aunque no tiene un uso definido todavía. De hecho, el año pasado se llegó al compromiso por parte del Gobierno aragonés de cedérselo al ayuntamiento de la capital pero es todavía un procedimiento inacabado.

La antigua capilla del reformatorio Buen Pastor eleva así su grado de protección superior para garantizar su conservación «como ejemplo de las torres, la arquitectura típica aragonesa en el entorno rural de Zaragoza». Se ubica en un complejo de 5.644 metros cuadrados en la confluencia de las calles Castillo de Javier y Colegiata de Bolea y esta catalogación fue solicitada por el tejido vecinal del barrio hace ya casi dos años, en julio del 2017, por parte de la asociación de Las Fuentes, a raiz de conocer que la DGA tenía intención de urbanizar el parque y eso implicaba la demolición del edificio.

Ahora culmina una tramitación que en julio del año pasado se inició con una propuesta de catalogación del Servicio de Inspección Urbanística. Antes, en marzo de ese mismo año, se le había concedido a la DGA licencia de demolición de la edificación situada en el número 7 de la calle castillo de Javier. Pero cuatro meses después, tras atender la petición vecinal e iniciar el expediente de protección comenzaron las actuaciones para dejar sin efecto ese permiso de derribo.

Ahora la propuesta que se impulsa por el Gobierno de ZeC deberá pasar por la Comisión Municipal de Patrimonio y por el Servicio de Inspección para que informe favorablemente, después de someter el expediente a exposición pública durante el plazo de un mes. Así se conseguirá la catalogación definitiva, aunque también debe aprobarse en la Comisión Provincial de Patrimonio.

Pero ninguna de las actuaciones que pesaban sobre este inmueble histórico del Parque Torre Ramona podrán ejecutarse ya, como la propia demolición. Aunque el objetivo del Gobierno aragonés era el de firmar una cesión del edificio para que pasara a manos del consistorio. Un acuerdo que, en teoría, debería haberse formalizado ya el pasado mes de septiembre y que debía plasmarse en la bilateral con la DGA que nunca se celebró.