La gran plataforma agroalimentaria que Bon Àrea va a instalar en Épila continúa dando pasos hacia su futura creación de la mano del grupo catalán y la DGA. Si a principios de este mes ya comenzaron los primeros trabajos de movimiento de tierras y explanación del terreno por parte de la empresa, el Gobierno de Aragón se apremia en lanzar la licitación para la parte que le corresponde. De esta manera, se espera que esta misma semana salga el concurso público que divide los trabajos de la primera fase en dos lotes distintos, de 14,8 y 8,17 millones, respectivamente, que tendrán una duración de 24 meses.

Fue el pasado viernes cuando el Diario Oficial de la Unión Europea (DOUE) publicó el anuncio de licitación de esta fase, lo que supone un anticipo de la inminente salida en los próximos días del concurso en el perfil del contratante de la DGA. Así lo confirmaron a este diario fuentes del Ejecutivo autonómico, que afirmaron que podría salir esta misma semana. Este documento publicado en Europa recoge, por un lado, el contrato relativo a la coordinación de seguridad y salud, por un valor de 465.200 euros, y los de las propias obras, de 22,98 millones.

Sumadas ambas cantidades alcanzan los prácticamente 23,5 millones de euros que el Gobierno de Aragón destinará a estos trabajos. De ellos, Bon Àrea aportará mes a mes, con cada certificado de obra, los 5,5 millones que asumió. Entre otras actuaciones previstas figuran la red de saneamiento, suministro eléctrico y de gas o la creación de viales, aceras, cruces y zonas verdes.

Con este nuevo anuncio se espera que los trabajos comiencen a finales de este verano, en los meses de agosto o septiembre, después de la apertura de plicas a finales de mayo y de una previsible adjudicación en el mes de julio, si se cumplen las pautas marcadas anteriormente. El plazo de ejecución, de 24 meses, y el importe podrían bajar según las ofertas que reciba el Gobierno de Aragón. Se da desarrollo así a la aprobación en el Consejo de Gobierno del 26 de marzo del Plan de Interés General Autonómico (PIGA) que ordena las 242 hectáreas sobre las que se actuará.

La planta empezará a funcionar en el 2022, aunque lo hará a medio gas porque este faraónico proyecto, que requiere de una inversión global de más de 400 millones de euros y que empleará a más de 4.000 personas, concluirá su primera fase en el año 2021.