La fachada de la sede del PAR en el número 87 del Coso zaragozano pronto dejará de formar parte del paisaje de este céntrico vial en el que lleva instalado varias décadas. La formación aragonesista que dirige el ahora vicepresidente de Aragón, Arturo Aliaga, se verá obligado en las próximas semanas a emprender la mudanza a otro local que de momento sigue buscando. El propio presidente del partido asegura que ya barajan «tres o cuatro» posibles emplazamientos y se estudian al milímetro los costes de un traslado que desde principios de este año sabe que van a tener que afrontar.

Aunque no es algo deseado, esta salida forzosa del PAR no se debe, remarcan desde el partido, ni mucho menos a problemas con el pago del alquiler. El arrendamiento se cumple escrupulosamente con un casero que es Ibercaja, que ahora tiene otros planes para esa planta baja. Prevé la venta del inmueble en el corto o medio plazo y para ello necesita tenerlo disponible, para dar salida a este activo inmobiliario que comparte con el Fondo Intrum. Este cuenta, en realidad, con un 80% de la propiedad e Ibercaja con el 20% restante.

Esto es así porque la actual sede del PAR forma parte de la denominada Operación Cierzo que la entidad bancaria puso en marcha para la venta de una cartera de activos adjudicados con un valor bruto contable de 652 millones de euros. La cartera fue adquirida por 266 millones por parte de la nueva sociedad, participada por Intrum e Ibercaja.

Así que al inquilino de esta planta baja del Coso zaragozano, al PAR, no se le echa por la fuerza, simplemente se le comunica que el contrato de alquiler no se va a renovar y punto. Y la formación aragonesista acepta su mudanza y busca nuevo hogar en la ciudad. El vencimiento del arrendamiento está próximo, «el 30 de septiembre» era la fecha señalada, o sea mañana, pero al menos será más tarde de lo que al principio se preveía. Y es que Aliaga le pidió a la entidad prorrogar unos meses más el contrato cuando le llegó la notificación, a principios de este año, ya que meterse en este traslado a pocos meses de las elecciones no era lo más conveniente. Ahora, pasado el 26-M, ya no hay excusa, aunque se ha pedido «unos días más» al banco.