Un ciudadano de origen chino que en su día regentó un bar en Zaragoza y que ejercía el derecho de admisión con determinadas familias de etnia gitana sufrió una brutal agresión el lunes de la semana pasada que le llevó a la uci. El autor de la misma, J. F. G. y de 34 años, al parecer, uno de esas personas que tenían vetado el acceso ha sido detenido y ya está en prisión.

Los hechos que investiga el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón ocurrieron a las 19.40 horas en la terraza de la cafetería Las Tejas, en la calle Lasierra Purroy del zaragozano barrio de San José. La víctima, de 50 años, se encontraba de pie tomando una consumición cuando dos hombres y una mujer se personaron en el establecimiento y sin mediar discusión previa uno de los varones le dio una patada entre el cuello y la cabeza al cliente. Inmediatamente, el agredido cayó al suele semiconsciente mientras que el sospechoso y sus acompañantes se marcharon del lugar.

Un golpe sin razón aparente al que los investigadores tratan de buscar una explicación. Testigos señalaron a este diario que la víctima estuvo apoyada sobre la furgoneta del agresor minutos antes de recibir el ataque. Una situación que habría llegado a oídos del sospechoso puesto que este hombre asiático es reconocido entre los vecinos de la zona como el dueño del bar que no dejaba entrar a personas de etnia gitana «por ser violentos o traficar con drogas».

Inmediatamente después de la agresión, el personal del establecimiento hostelero avisó a un ambulancia que trasladó a la víctima al hospital universitario Miguel Servet de la capital aragonesa, siendo ingresado en la uci en estado muy grave, bajo monitorización neurológica.

La sala operativa del 091 dio cuenta de los hechos a la Brigada de Seguridad Ciudadana a través de la emisora para intentar detener al sospechoso. De esta forma, 30 minutos después, una patrulla observó en otro bar de la calle Hermanos Jiménez Vizarra a un hombre y una mujer que resultaron ser los acompañantes del presunto autor de la agresión. Sin embargo, estaban ellos solos.

A partir de ese momento se inició un dispositivo de identificación búsqueda y detención por parte de Homicidios que dio su fruto el pasado viernes. Ante la agresividad del mismo, la Jefatura Superior de Policía de Aragón decidió activar al Grupo de Operaciones Especiales de esta Jefatura (GOES) que le detuvieron en el interior de su domicilio. Tras pasar a disposición del Juzgado de Instrucción número 9 de Zaragoza, su magistrado acordó la prisión provisional del sospechoso como supuesto autor de un delito de lesiones graves. A la víctima todavía no le ha podido tomar declaración la Policía porque, a pesar de que salió de la uci, su estado todavía es débil.

Por suerte su vida no corre peligro, pero otras agresiones en establecimientos hosteleros no han acabado tan bien. Ejemplo de ello es el taxista zaragozano que murió tras ser agredido por un militar en la puerta de un bar en la plaza de España. Fue en enero de este año. La víctima sufrió un severo traumatismo craneoencefálico y los médicos lo tuvieron en coma inducido durante 43 días. El autor permanece en libertad, después de que la juez valoró su arraigo en Zaragoza y su profesión.

En diciembre del año anterior fue arrestado un joven de 28 años detenido por la muerte de un zaragozano tras una pelea en una cervecería del barrio del Actur. La agresión consistió en un empujón a la víctima que cayó al suelo, golpeándose la cabeza. La víctima, de 53 años, rechazó la asistencia sanitaria y ser trasladado al hospital, muriendo al día siguiente en su vivienda mientras dormía. Este arrestado también está en libertad provisional.